viernes, 27 de mayo de 2011

EL SEGUNDO SOL DE THÈRAMON

Más de mil visitas en menos de un mes. Sigo con cara de boba, pero empiezo a creerme que Thèramon gusta.
Me siento tan feliz que empiezo a resultar insoportable. El sol brilla cada día en mi cielo, me alegra el espíritu y me llena de energía. Esperando que para vosotros brille con la misma fuerza y os proporcione el mismo gozo, hoy  os dejo a Aeblir, el Gran Sol, tal como os prometí.



              © Bea Magaña
               (Reservados todos los derechos)
            "La mañana está avanzada cuando Aeblir, el de la dorada melena, aparece por el oeste siguiendo la estela del carro de Plio. Espolea a su cabalgadura, presto a alcanzar a su hermano menor, al que desea proteger a toda costa. Plio ha abandonado su natural pereza y recorre ahora los cielos con la alegría característica de la juventud, iluminando aunque no calentando las tierras que se extienden a sus pies. Aeblir el intrépido se eleva sobre la espesura de Parome Arborae, que tiene ojos que lloran y bocas que cantan, y sobrevuela la cumbre de Boreade Efenik, el coloso dormido, preferido de Ulcus, coronado por una nube de vapores y ceniza, mudo guardián de un reino ahora desolado. El viejo continente ha despertado. Pero nada se mueve a lo largo de la región devastada en la que nada crece. El hombre y su acompañante han caminado durante toda la mañana, y se encuentran ya cerca del límite septentrional de Efenag Dalnu cuando por fin Aeblir dirige su mirada ardiente hacia el este.
      La curiosidad, que no es una cualidad innata en él, le aguijonea de pronto, y movido por ella se aproxima a la tierra para observar a la pareja de caminantes de cerca.
     Es un peregrino de ojos oscuros y cabello encanecido que viste una túnica verde algo ajada y calza botas de cuero marrón. Lleva de la mano a un niño demasiado pequeño para haber aprendido a andar, pero que camina al lado del adulto sin protestar ni hacer gestos de fatiga o de incomodidad. El niño viste las ropas de color verde propias de los Ma Daraii, pero sus cabellos son dorados, y su piel clara como el alabastro. Es tan hermoso que podría confundirse con una niña, y tan pequeño que Aeblir no puede estar seguro de que no lo sea en realidad. Ambos parecen humanos corrientes, aunque sus ropas delatan algún tipo de conexión con los ilohiim que moran ocultos en lo más recóndito de Fäardru Arborae; humanos corrientes, y sin embargo la Magia les acompaña, como una sombra que nadie puede ver pero que otros inmortales son capaces de percibir.
      Ninguno de los dos lleva equipaje, pero el hombre porta una espada a medias oculta bajo la capa, un arma que sólo los caballeros de Mersha llegan a empuñar. Por qué un peregrino que procede de la Ciudad Oculta de Oassian porta una de las míticas espadas del dragón es un misterio que el Gran Sol no tarda en desentrañar. Reconoce el arma, y reconoce al hombre, a pesar de que ha cambiado en los diez años transcurridos desde que le viera por primera vez arrodillado a los pies de Boreade Efenik, suplicando el favor de Ulcus con un bebé en los brazos. Debe de tratarse del mismo niño, si bien aparenta poco más de un año de edad. El tiempo no transcurre de la misma forma dentro de las Ciudades Ocultas. Por eso los ilohiim no envejecen.
      El aspecto del pequeño (o la pequeña, Aeblir no puede asegurar que sea lo uno o lo otro) no acusa el paso de los diez años transcurridos. Ciertamente ha crecido, el año que ha vivido junto a los Ma Daraii no ha impedido que la naturaleza siguiera su curso; la Magia presente en las Ciudades Ocultas no detiene el desarrollo, tan sólo lo ralentiza. Por eso extraña tanto el aspecto algo envejecido del hombre. Sus cabellos no eran grises cuando inició su viaje a través de Nunak Dev. Su estancia en Oassian no parece haberle afectado como a cualquier otro mortal. Da la impresión de que hubiera cambiado por propia voluntad, de que su prematuro envejecimiento se debiera más a una decisión consciente que al trabajo de la Naturaleza.
      Y es este hecho el que llama la atención de Aeblir. Le observa con mayor atención, hurga en su interior hasta dar con su esencia, busca en el fondo de sus ojos oscuros hasta que no le cabe ninguna duda de que ese hombre es mucho más de lo que deja ver. Su aspecto no es más que una Apariencia, ahora puede decirlo sin riesgo a equivocarse. Porque él es el primogénito de Ulcus, de cuyo fuego surgieron los primeros dragones, y reconoce ese fuego en los ojos oscuros del hombre; y porque su amor por Fsaira le llevó a conocer en profundidad a Adtaros, el padre de los vientos, cuyo aliento otorgó a los Onii la capacidad de volar, y puede sentir ese poder escondido bajo la Apariencia de un hombre corriente.
      Un caballero de Mersha, un descendiente de Onii disfrazado de hombre, un peregrino que recorre el mundo buscando algo o huyendo de alguien, quién podría decirlo. El verdadero misterio es la criatura que le acompaña, un ser cuya esencia Aeblir no es capaz de reconocer.
     Nunca en la historia de Thèramon se vio una criatura semejante. Apenas desarrollado, es muy difícil adivinar la verdadera forma que se oculta debajo de su Apariencia. Aeblir puede percibir un atisbo, nada concreto, como si la criatura misma ignorase qué clase de ser es. En sus ojos arde un fuego semejante al de los del Baskonio que la lleva de la mano por los caminos del mundo, pero también hay luz, la misma luz que el amado de los dioses irradia a través de sus pupilas violetas y que sólo sus descendientes heredan.
      De pronto, Aeblir se encuentra sonriendo sin apenas darse cuenta. Karendin, piensa, sentado en su carro de fuego, ensimismado. Una karendin que posee parte del poder de los Onii. O una Baskonia tocada por el poder de May-tê-addi. O un híbrido de ambas, a juzgar por su esencia dividida, ¿es por ese motivo por el que Aeblir no alcanza a distinguir su verdadera forma?
     La pareja avanza con decisión en dirección a Xaina Dalnu, bajo la mirada abrasadora del Gran Sol, que cabalga entretenido con el misterio que esa criatura representa. El hijo mayor del dios Forjador mira hacia el país de las nieves eternas y ve en la distancia Boreade Sibbah, hogar secreto de los Lil Xaii. Acaso el hombre busca en Oasyna las respuestas que no ha encontrado en Oassian, o es que pretende mantener a la criatura oculta durante el mayor tiempo posible. Si sus suposiciones son correctas, les queda un largo camino por delante. Se pregunta si el niño (o la niña, Aeblir empieza a pensar que se trata de lo segundo) podrá resistir el duro viaje a través de las montañas.
         Y así, movido por la curiosidad, continúa su camino, decidido a acompañar a tan insólita pareja durante un trecho."


He decidido hacer una pequeña modificación en  el cuadro de seguidores. Me gusta más llamaros Compañeros de Viaje. Aunque he perdido el cartelito de SEGUIR de google que aparecía encima de vuestras fotos. ¿Alguno sabe a dónde ha ido? ¿Significa que ya no hay modo de que nos sigan nuevos compañeros de viaje?
Sí, lo he visto, en la barra de arriba existe la opción de seguir. Pero me gustaba la que tenía antes....

Os animo a dejar vuestros comentarios. Cuando os leo, me apetece mucho seguir compartiendo esta historia con vosotros.
Ya os lo dije, no soy buena soportando torturas: cedo fácilmente cuando se me presiona.
Jajajaja.
Deseo que disfrutéis con este nuevo pedacito, sé que es corto, el siguiente lo compensará. 
Que los dioses os guarden, y que os mantengan cerca. Gracias a vosotros, éste está siendo un viaje apasionante.


11 comentarios:

  1. ¡No puedes hacernos esto, Bea!
    ¿Qué han ocurrido los útlimos diez años? ¿Como logro sobrevivir la criatura hasta llegar ahí? ¿Qué forma tiene? ¿De quien es hijo? ¿Un híbrido? Ufff, genial; ya sabes como me gustan las mezclas.
    Jo..., nos tienes en ascuas; vamos a morir de angustia si "sólo" sueltas prenda gota a gota; ¿es que no tienes en cuenta nuestros corazones?
    A cada "pedazo" que cueltas mejora el ritmo y las ganas de saber más y más.
    Tendremos que empujar entre todos y hacer una "sentada" frente a las editoriales para que lo publiquen ya como sea.
    A ver quien se apunta.

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  2. Que bonito capitulo Bea, cada vez me gusta más y más. Sobre todo el pequeñ@ y su cuidador de cabellos canosos. También me sige fascinando tu rico vocabulario, sobre todo en cuanto a descripcciones. Sólo te daría una sugerencia que al menos yo sí agradecería, y es que publicaras una especie de descripcion de personajes para saber mejor quienes son y evitar líos de nombres. Por cierto no me sale el número de tus seguidores, don de están? jajaja.Besote preciosa!

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  3. Mucho ánimo, Bea.
    Me encanta la fantasía épica. En todos mis libros la cultivo. Me gustaría compartir con vosotros mi blog ─ http://jese.es/blog ─ y mis queridos libros ─ http://jese.es/libros

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  4. Bienvenido a Thèramon, JESÉ.
    gracias por dejar tu comentario, y en especial por compartir con nosotros tu pasión; de eso se trataba, de compartir. Apuntamos los enlaces y prometemos visitarlos.
    Espero que disfrutes de estas historias tanto como lo hago yo, y ahora mis compañeros de viaje.
    Un abrazo

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  5. Queridos Iordanog y Reicaal,
    os estoy eternamente agradecida por vuestro apoyo constante y por tnatas muestras de cariño que recibo de ambos.
    Prometo contaros más, pero recordad que cada cosa que escribo viene dictada por las musas, y ellas hacen lo que quieren siempre. Si se empeñan en acabar el prólogo, he de dejarles hacer.
    Sé que váis a ser pacientes.
    Os quiero mucho,compañeros de viaje

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  6. Tienes una imaginación sorprendente y una capacidad para mostrárnosla con todo detalle igual de buena. Eso sí: discutiría contigo algunos aspectos acerca de la puntuación (nada serio, que lo haces muy bien).

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  7. Marcos:
    ¿en tu muro o en el mío?
    Me encantará discutir (o más bien conocer tu opinión) acerca de mi uso de las comas y/o los puntos.
    Estaré esperando...

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  8. Me gusta que los trozos que publicas sean así de breves porque la verdad es que tengo muchas otras cosas que hacer durante el resto del día y aún de la noche, como tú, y sin embargo no quiero perderme ningún día de lectura. Aunque la literatura de evasión estaba muy mal vista hace algunos años, hoy por hoy yo creo que lo que debe ver mal la crítica es la literatura aburrida y punto.

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  9. Estoy de acuerdo contigo, Luis: los relatos demasiado largos, o son muy buenos, o acaban cansando. Me resulta más fácil y cómodo ponerme al día con un blog que me interesa cuando me da la información justa y me deja con ganas de más. Y eso es lo que pretendo conseguir aquí, interesar al lector sin llegar a aburrirle, hacer que su estancia sea como detenerse en un oasis antes de seguir su viaje: refrescante, relajante, vigorizante. Que se sienta tan cómodo que sienta deseos de volver.
    Gracias una vez más por dejar huella de tu paso.

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  10. No sé si estoy leyéndolo en el orden correcto 0_o Creo que sí, porque voy de entrada más antigua a más nueva y no parece que me haya perdido nada... aún ando muy perdida, hay términos que no comprendo bien, supongo que distintas razas y tal y también supongo que ya, conforme vaya leyendo, iré comprendiendo. Intentaré no ser impaciente :)

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    Respuestas
    1. Como te he dicho en otros comentarios, estás leyéndolo en el orden correcto. Lamento que aún te pierdas con los términos thèramónicos, pero confío en que pronto te acostumbrarás a su sonido y te adelanto que dentro de poco encontrarás explicaciones a algunos de ellos.
      Gracias de nuevo, no me cansaré de darte las gracias, Myosotis.

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Viajeros de tierras lejanas, amigos de siempre, vuestra visita nos alegra y vuestra opinión nos ayuda, recordad que cada vez que dejáis huella de vuestro paso, Thèramon crece.

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