lunes, 20 de enero de 2014

Un nuevo ciclo


¿Recuerdas lo que siempre te digo, que no hay peor batalla que la que uno libra contra sí mismo?

Llevo mucho tiempo sin pisar Thèramon. Demasiado tiempo sin acercarme al Templo de Alodial a rezar a Enlil, a Neera y a Ulcus, sin caminar a lo largo del Corredor junto a dos jóvenes príncipes Raelitaro, sin acercarme a Mitrali Güae para escuchar cantar a los plateados Swan, sin adentrarme en el temido Desierto de las Ilusiones, sin recorrer las oscuras calles de Maindûr; demasiado tiempo sin venir a pedir consejo a los sabios Ilohiim, sin cabalgar junto a los Caballeros de Mersha, sin enfrentarme a los desquiciados Philias Buster, sin guerrear junto a las valerosas Drin Mazome; demasiado tiempo sin sentarme en mi mesa favorita de la Taberna de Óster a tomar una cerveza y a hablar de dragones y unicornios.

Demasiado tiempo luchando contra Skadûr, contra la Oscuridad y la tristeza, contra las dudas, el miedo y el bloqueo.

No voy a mentirte. No voy a decirte que por fin he resultado vencedora. Creo que mi batalla interior no ha terminado todavía. He dejado atrás muchos temores, la mayoría de mis dudas, gran parte de la tristeza y casi toda la Oscuridad. He soltado mucho lastre emocional y he conseguido romper el bloqueo que me impedía respirar con naturalidad. He dado palos de ciego durante meses, buscando el camino de regreso a Thèramon, me he detenido, he tomado caminos equivocados, he encontrado Luz donde menos lo esperaba y he empezado a dar pasitos tímidos que con el paso de los días se han ido convirtiendo en pasos cada vez más decididos. Ahora sé a dónde quiero llegar, y de nuevo el camino se muestra ante mis ojos sin más obstáculos que algunos absurdos espejismos provocados por las pocas dudas que aún me quedan. No sé a cuántas derrotas voy a tener que enfrentarme todavía, pero estoy dispuesta a seguir levantándome tras cada caída. Hasta conseguirlo. Hasta alcanzar mi destino.

He aprendido que ninguna derrota es un fracaso. Que sólo si nos rendimos estamos fracasando. De cada derrota aprendemos y nos llevamos una valiosa lección que nos ayuda a vencer más adelante. Ya no hay miedo al fracaso; tampoco hay miedo al éxito. Lo único que me frena soy yo misma, y estoy muy cerca de congraciarme con esa parte de mí que me impide avanzar. Necesitaba alejarme de Thèramon para volver a Thèramon. Necesitaba escribir Z, sacar toda la rabia y cerrar un ciclo para volver a ser la laudaner, la dragona, la diosa creadora de mundos, la que ama y cree, la que sabe que todos los sueños se cumplen, también el destino.

Ya estoy preparada para volver. Y traigo nuevas historias para ti. Historias de dragones y unicornios, de princesas y de ladrones y de mujeres guerreras y de hombres oscuros; historias de cazadores de búfalos, de sabios albinos, de hombres-pájaro, de ejércitos infernales. Sin olvidar a los personajes a los que ya conoces, voy a dejarlos momentáneamente a un lado y te voy a presentar a otros que comparten la misma historia, aunque en un país diferente. Este año voy a llevarte a Xaina Dalnu, el País de las Nieves. Quiero contarte una historia de pérdida, de sanación, de encuentros, de decisión, de aceptación. Porque he cerrado un ciclo, y el nuevo ciclo empieza de esta forma: dejando atrás algo que amaba, algo que me impedía aceptar quién soy y lo que soy, enfrentándome a la pérdida y al vacío, caminando a pesar de la desolación y de la soledad, aceptando la misión que me fue encomendada.

Ignoro si sigues ahí, dispuesto a continuar el viaje a mi lado. Creo que sí, pero no puedo estar segura. Hace tiempo dejé de responder a tus comentarios, no podía comunicarme, y después tú dejaste de comentar. Pero el contador de visitas ha seguido subiendo a pesar de mi silencio y de esta larga pausa. Supongo que no te has marchado del todo. Yo tampoco me he ido nunca del todo.

Sea como sea, voy a seguir contándote historias, por si sigues interesado en leerlas. Pero sobre todo voy a seguir contando Historias de Thèramon porque lo necesito. Ya sabes: tanto como respirar.

La próxima vez que nos veamos, no hablaré yo; hablará la laudaner. Ya tengo el texto preparado. Hoy te dejo una imagen de la parte de Thèramon que vamos a recorrer durante los próximos meses. Y el título del capítulo que colgaré en mi próxima entrada: El Oso y el Dragón.

Que Enlil te bendiga.

3 comentarios:

  1. Estoy esperando impaciente que cuelgues algo, sino mi amenaza se cumplira, ire y secuestrare lo que tengas escrito de Theramon, soy anonima, jejejeje( tu tia, o sea yo )

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  2. Bienvenida de vuelta Bea! Me alegra que hallas vuelto a éstas historias de Dragones y Unicornios =) Mucha suerte y éxitos en éste nuevo comienzo...Seguimos viajando!

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  3. Este nuevo ciclo no me lo pierdooooo....buen comienzo...deseando empezar a leerte...tqm tata

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Viajeros de tierras lejanas, amigos de siempre, vuestra visita nos alegra y vuestra opinión nos ayuda, recordad que cada vez que dejáis huella de vuestro paso, Thèramon crece.

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Por Susana © Registrado por Bea Magaña

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