lunes, 29 de agosto de 2011

Thèramon. El origen (II). Wad Ras, y la visión de Itposani

Hoy os traigo la segunda parte del origen de Thèramon. He tardado muchos días en subirla al blog para todos vosotros, no porque disfrute manteniendo la intriga y el secreto, sino porque he tenido que hacer un complicado trabajo de compilación.
Esta historia está escrita desde hace años, pero se halla dispersa a lo largo de las más de quinientas hojas que reposan en mi vieja carpeta, esperando el momento de ser revisadas, como ahora; es una historia que ha sido relatada por muchas voces distintas, a diferentes oídos, revelada por partes muchas veces inconexas. He tenido que buscar, recopilar, escoger, darle forma de relato único y buscarle el tono apropiado, y he tenido que hacerlo poco a poco, pues no es mucho tiempo libre del que dispongo.
Deseo que la espera haya merecido la pena.

Y como el relato es bastante largo, no voy a extenderme en el preámbulo.
 Sólo una cosa más: quiero dedicar este relato a dos de mis queridos Ilohiim; a Enone, que cada vez que publica un nuevo relato en su blog me inspira para seguir escribiendo más Thèramon, desearle mucha suerte en su aventura inglesa; y a Jordi, cuyas aportaciones son tan valiosas para mí y para el crecimiento de mi mundo, desearle que se mejore pronto, espero que este relato te sirva de bálsamo medicinal, compañero.
Y a todos vosotros, en especial a mis queridas niñas de los toques, todo mi cariño, y mi agradecimiento constante.

Ahora sí, Bea se calla y Thèramon habla.
Espero que lo disfrutéis.


  © Bea Magaña (Reservados todos los derechos)

WAD RAS, Y LA VISION DE ITPOSANI



"En el principio era el Vacío, y nada existía en él, a excepción de Tiere, la soñadora de mundos. Pero ella no conocía su propio nombre, y por eso no sabía que era real. Entonces su nombre fue creado, y ella tuvo conciencia de su propia existencia; y los mundos que se habían estado gestando en su vientre quisieron nacer. Y Tiere dio a luz al universo.
      De este modo el Vacío dejó de ser Berindei, la Nada Infinita, y desde ese momento fue llamado Viorel, que en la lengua de los heryshi significa Lleno de Vida.  

      Pero al principio los mundos estaban deshabitados; y, aunque vivos, no eran más que porciones de tierra desperdigadas a lo largo y ancho de Viorel. Y porque estaban vivos, se iban haciendo a sí mismos; y porque estaban deshabitados, su crecimiento era muy lento. Pero Tiere no podía detenerse demasiado en ellos, pues eran muchos los mundos que esperaban recibir su primer nombre. Así fue como reunió a los heryshi, sus vástagos, a los cuales había rescatado de las profundidades de Berindei, y les comunicó sus intenciones. Y los heryshi, agradecidos, desearon complacerla, y prometieron ayudarla. Y así, dotados con el poder que su diosa les había proporcionado, fueron repartiéndose por los mundos a medida que Tiere los iba visitando y nombrando.
      Y una vez instalados en su nuevo hogar, se dedicaron a crear.
      Dos fueron los heryshi que decidieron quedarse en Wad Ras, dos espíritus afines como sólo pueden serlo los hermanos idénticos que han sido creados de la misma sustancia; Ergin y Enlil se llamaban, y era semejantes físicamente, y sus corazones latían al unísono, y sus mentes trabajaban en la misma dirección. Nada más poner el pie en su nueva morada comenzaron a dar forma a sus pensamientos, nacidos de los sueños que Tiere había compartido con todos ellos antes de iniciar su viaje a través de la vastedad de Viorel. Y creaban en armonía, lo que uno empezaba era rápidamente completado por el otro, pues se entendían sin problemas. Su entusiasmo era grande, y hermosas sus creaciones, dignas de admiración y de envidia. Pero también era grande su inexperiencia, y de este modo crearon de forma caótica, porque trabajaban sin más base que sus recuerdos de los sueños de otro, y sin más guía que su propia pasión.
    Al principio creaban pensando en la gloria de Tiere, y movidos por su deseo de complacerla y de ganarse su reconocimiento y su admiración dieron vida al más magnífico de los bosques jamás imaginados, y levantaron las más altas montañas que jamás hayan sido creadas; y las extensas llanuras, y los caudalosos ríos, y las praderas salpicadas de incontables colores completaban un tapiz enorme y precioso que podía ser visto desde los cielos, pues Viorel era un escenario a oscuras en el que Wad Ras brillaba con luz propia. Pero Tiere nunca acudió a felicitar a los dos hermanos, porque su viaje a través del universo la había llevado muy lejos, y tardaría una eternidad en completar su recorrido y volver tras sus pasos.
      Ahora bien, eso no desanimó a Ergin y a Enlil, quienes eran eternos como la diosa que les había rescatado del Vacío, y podían permitirse esperar por su regreso, convencidos de que la creadora de mundos volvería algún día para evaluar la obra de sus vástagos. Y una vez completado el primer esbozo del tapiz de Wad Ras, se dedicaron a darle forma, y pulieron y retocaron, y se deleitaron en los detalles, y encontraron un gran placer en la elaboración y el perfeccionamiento de las cosas pequeñas.
       Y cuando se detuvieron para contemplar su obra, se sonrieron satisfechos, y fue tal el amor que sintieron por su mundo que sus corazones se llenaron de congoja, porque no había otros como ellos con quienes compartirlo. Y se sintieron extrañamente solos.
       Pero Ergin sabía que el deseo es la principal fuente de poder, y movido por su deseo comenzó a colocar los cimientos de la que sería su morada, un magnífico palacio en el que ambos vivirían con sus familias, pues no dudaba de que algún día ambos tendrían tanto esposa como descendencia. Y Enlil, contagiado de su deseo y de su esperanza, se dedicó a hacer crecer un bello jardín alrededor del palacio, un laberinto de setos y de fuentes en el que sus hijos jugarían algún día, pues tampoco dudaba de la predicción de su hermano.
      Pronto Wad Ras fue un mundo digno de llamarse con ese nombre, muy lejos de parecerse a la roca desnuda y preñada de vida que los hermanos encontraran a su llegada. Mediante el poder de Tiere, y gracias a su aliento y a su inspiración, la vida había hallado el camino para salir a la superficie y se había desarrollado en toda su magnificencia. A veces de forma caótica, a veces aparentemente sin sentido, pero siempre hermosa e inspiradora, la obra de los dos hermanos llegó a ser contemplada y admirada por muchos heryshi que pasaban junto a Wad Ras en busca de un mundo que habitar. Y así fue como muchos de ellos decidieron quedarse, y fueron bienvenidos, y los dos hermanos dejaron de estar solos, y el Palacio de los Dioses se convirtió en el hogar de todos ellos.
     Cada uno de los heryshi que llegaba traía consigo sus propios dones, que no dudaron en poner al servicio de los Señores de Wad Ras. Los primeros en presentarse como súbditos y servidores fueron Neera, la Dadora de Vida, portadora de la Llama de la Fecundidad, y Ulcus, el Forjador, señor del Fuego Imperecedero; ambos llenaron de vida las profundidades de los bosques y el interior de las montañas que los Primeros Señores habían erigido antes de su llegada. A ellos les siguieron Adtaros, el Padre de los Vientos, inspirador de la Música que alegra el alma y llega a los corazones de todas las criaturas vivas; y Wetrae, Señor de las Aguas, el que calma la sed y relaja los sentidos; así como su hermano Traytum, quien tenía poder sobre las Aguas Profundas y era pronto en la cólera, y celoso de lo suyo. Y la preferida de Ergin, la hermosa Disuria, que llevaba la luz de las estrellas que estaban por nacer en sus grandes ojos, y que pronto se convertiría en reina al lado del Señor de Wad Ras. Y la enigmática Itposani, la diosa hechicera, cuyos ojos podían ver en el tiempo y en el espacio, y a quien Enlil escogió como compañera y esposa, algo que ella ya había visto antes incluso de conocerle.
      Y muchos otros heryshi llegaron, algunos desde los confines de Viorel, atraídos por el resplandor de Wad Ras, que se hizo más intenso gracias al poder de la Llama de Neera y del Fuego de Ulcus, que ardían en todas las cosas a las que habían dado vida; pero otros nuevos llegaron dentro de los límites del mundo que ahora era gobernado por Ergin y por su esposa, nacidos de la simiente de los heryshi, fruto del amor que éstos compartían. Y todos los recién llegados eran bienvenidos, y aceptados sin preguntas dentro de la gran familia que habían formado con el paso de los días; aunque no existían todavía estrellas en el cielo que marcaran el paso del tiempo, porque los dioses no necesitan calendarios, ni temen a la oscuridad, ya que el poder de la Primera Diosa brilla en sus corazones, y ellos mismos están hechos de Luz.
      Y durante mucho tiempo los habitantes de Wad Ras convivieron en armonía, y entre todos completaron la labor de los dos Primeros Señores, hasta que llegó un momento en que su mundo no admitió nuevas creaciones, y muchos de ellos empezaron a poner sus ojos en la vastedad de Viorel, y sus pensamientos en los infinitos mundos que existían más allá del suyo, y que aún no habían sido descubiertos ni visitados. Porque todos ellos guardaban en su memoria el recuerdo de incontables criaturas que habían existido en el pensamiento de Tiere, seres inteligentes y magníficos que habrían de surgir del corazón de los mundos, y no de la simiente de los heryshi. Y Wad Ras no había conseguido provocar el nacimiento de ninguno de estos seres, y los Sagrados deseaban llegar a contemplarlos y a conocerlos.
      Ergin fue el primero en comprender que un mundo habitado por tan elevado número de espíritus divinos no iba a poder albergar jamás a otro tipo de criaturas pensantes, por muy parecidas físicamente a ellos que llegaran a ser. Y como no estaba en sus manos crearlas, puesto que no había sido designado así por la creadora de todos los mundos, su corazón anhelaba emprender una búsqueda a través del universo, a pesar de que no deseaba apartarse de su familia ni alejarse de su hogar. Pero otros decidieron emprender ese viaje, y Ergin les vio marchar con una mezcla de admiración y de envidia, porque él no era lo suficientemente valiente para hacer realidad los deseos de su corazón.
     No habló con nadie de ello, sin embargo, ni con su hermano, que le conocía tan bien que era capaz de adivinar sus pensamientos, ni con su esposa, a la que nada ocultaba. Pero hubo una que conoció sus cuitas y comprendió su pesar, una que veía más allá que todos los demás. Y fue ella, la Diosa Hechicera, la que le buscó, y le habló con estas palabras:
        —¿Por qué estás triste, Señor de Wad Ras, hermano de mi esposo, divino creador? No está en tu poder dar forma a lo que no puede existir. Este mundo es un lugar sagrado, morada y refugio de muchos espíritus divinos, y has extraído de su corazón todo aquello que su esencia tenía para darte. ¿No es acaso un lugar pletórico de vida y de maravillas? ¿No le has dado forma, y lo has hecho crecer, y lo has convertido en un hogar seguro y tranquilo para todos nosotros? ¿No lo disfrutarás, ahora que lo has convertido en el mundo que siempre soñaste? ¿Te perderás el crecimiento de tu propio hijo por soñar con otras especies que no estás destinado a conocer?
       Las últimas palabras de Itposani se clavaron en el corazón de Ergin y arrancaron lágrimas amargas de sus hermosos ojos de color violeta. Pues ella nunca se equivocaba en sus predicciones, y acababa de decirle que jamás llegaría a ver cumplido su último sueño, el más anhelado. Pero no dejó de escuchar todo lo que ella había dicho, y se sintió avergonzado, y bajó la cabeza ante ella, y le habló con humildad.
     —No soy digno de llamarme Señor de nadie, ni de administrar este mundo al que no he sabido valorar. Enlil debería ocupar mi lugar, pues es más sabio que yo, y más prudente. Nunca seré lo bastante osado para partir en busca de lo que no he de encontrar, ni lo suficientemente valiente para cuidar de mi familia como se merece.
       —No juzgues tu falta de valor, mi señor, pues nunca te has visto en la necesidad de emplearlo para proteger aquello que amas. Pero tu momento llegará. Una amenaza que nunca hemos conocido aparecerá para perturbar nuestra plácida existencia, y encontrarás el valor que ahora no sabes que tienes. Y partirás en busca de un lugar seguro para muchos de nosotros, y llegarás a un mundo nuevo, un mundo que no ha recibido su primer nombre, un mundo de cuya esencia nacerán las criaturas por las que ahora suspiras. Pero no llegarás a conocerlas, pues tu destino es librar una batalla, no volver a crear un mundo. Serán tus descendientes quienes vean cumplidos tus anhelos, no tú.
      —¿Pereceré en esa batalla de la que hablas? —preguntó entonces Ergin, preocupado aunque no temeroso, porque los heryshi no conocían lo que era el miedo—. ¿Acaso los Sagrados vástagos de Tiere estamos destinados a dejar de existir?
     Itposani cerró los ojos, unos extraños y hermosos ojos de color dorado que refulgían como el fuego de la fragua de Ulcus, y ladeó la cabeza, concentrada en algo que Ergin no podía ver ni escuchar. Cuando se decidió a hablar, lo hizo en voz muy baja, pero firme, un tono que no admitía réplica.
      —Todo aquello que existe tiene un final, mi señor, incluso aquello que nos parece eterno. También Berindei terminó, llegado su momento, y fue durante muchas eternidades. Nada puede durar para siempre, pues los cambios son la esencia de la creación. Berindei fue un lugar de espera para todos nosotros, y regresaremos a su seno algún día; pero no para desaparecer, sino para transformarnos en otro espíritu distinto, de igual modo que Berindei ya no es el Vacío, sino una parte distinta de Viorel. Así es como se mantiene el equilibrio del universo. Pero no debes angustiarte: para siempre es un período de tiempo inconmensurable, y los heryshi estamos destinados a existir durante incontables eones de tiempo.
       La Diosa Hechicera abrió de nuevo los ojos y miró a Ergin con semblante serio.
       —En cuanto a tu destino, lo conocerás a su debido tiempo; no puedo decirte cuál será el resultado de la batalla que has de librar, porque dependerá de las decisiones que tomes llegado el momento. Sólo te diré una cosa más: aprovecha cada instante de tu existencia sin pensar en su duración, ama y disfruta de tus seres queridos, porque el amor que repartas será el legado más importante que dejarás, y el amor que recibas será lo único que podrás llevarte contigo cuando te llegue el momento de dejar de ser lo que eres ahora y vuelvas a las amplias salas de Berindei, donde esperarás tu renacimiento.
      Itposani no dijo nada más, y Ergin la vio marchar sin atreverse a detenerla, aunque eran muchas las preguntas que sus palabras le habían suscitado. Ahora bien, lamentarse por un futuro que podía tardar una eternidad en llegar no parecía muy juicioso, y Ergin decidió seguir el consejo de la esposa de su hermano, y fue en busca de su familia, y ocupó su tiempo en disfrutar de su compañía, y vio crecer a su hijo amado, y no volvió a torturarse con absurdos deseos que no estaba destinado a ver satisfechos.
     Y Wad Ras fue un mundo hermoso y seguro durante un tiempo infinito, y Ergin fue su administrador durante todo ese tiempo, y fue un gobernante prudente y sabio, amado por todos, dichoso cada segundo de su existencia.
      Y sucedió que un día llegó a las puertas de Wad Ras un espíritu nuevo, diferente en aspecto a todos los heryshi, aunque surgido de Berindei al igual que ellos; y le llamaron Nepritel, el Huérfano, porque no recordaba el momento de su nacimiento ni había oído hablar jamás de Tiere, la Señora de todas las cosas vivas. Y pensando que había nacido del pensamiento de su Diosa, como todo lo demás, le dieron la bienvenida, y quisieron conocerle, y le preguntaron su nombre. Pero el Nepritel no quiso dárselo, o acaso no lo conocía, y no respondió a sus saludos, sino que se mostró hostil y les increpó con amenazas.
     Pero poco podía hacer un visitante solo contra un mundo entero de dioses, y se vio obligado a retirarse, prometiendo volver con un ejército capaz de destruir Wad Ras. Y Ergin recordó entonces la profecía de Itposani, y sintió temor por su familia, y se juró que la protegería a toda costa.
      Y decidió que había llegado el momento de buscar un mundo más seguro para todos ellos."



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domingo, 14 de agosto de 2011

Thèramon. El Origen (I). De la creación de los mundos y el nacimiento de los heryshi


Creo que ha llegado la hora de hablar del génesis de Thèramon. De los orígenes, de la historia de la creación. No de cómo nació la idea, sino de cómo se originó el mundo. ¿Por qué? Os lo explico. 
Ayer, mi querida Jules me dejó un comentario en mi muro de facebook:

               Ah, y 1 sugerencia: podrías poner una sinopsis/resumen de la saga Thèramon en blog??? Hoy alguien me han preguntado de qué iba, y no he sabido decirle muy bien.

Bien, hay dos cosas para las que soy una completa negada: hablar en público, y resumir. Dos grandes inconvenientes, puesto que aspiro a ver mi obra publicada, y no me imagino en la presentación de la misma, hablando delante de un puñado (tampoco imagino un grupo, y mucho menos una multitud) de desconocidos y tratando de explicar de qué trata mi novela. 
Siempre digo que Thèramon ha de hablar por sí mismo.  Podéis pensar que es una excusa, que soy demasiado vaga para hacer una sinopsis, o peor aún, que ni yo misma sé de qué va la cosa, que me limito a escribir sin saber qué es lo que quiero contar. Podéis pensar lo que queráis. Yo pienso que la inmensidad de Thèramon no puede resumirse en un par de frases, que su complejidad es demasiada como para intentar explicarla en dos líneas. Hay gente que sirve para eso, yo no, no sé hacer una sinopsis; cuando hablo del último libro que he leído y me preguntan: ¿de qué va?, yo acabo contando el libro entero, no sé resumir.

Existen muchas Historias de Thèramon, y cada una es una aventura independiente, aunque todas están relacionadas entre sí a pesar de que transcurren en diferentes Eras; cada una de estas historias es un viaje en busca del autodescubrimiento, el camino que el héroe ha de recorrer para alcanzar el destino que los dioses le tienen reservado; siempre hay dudas, temor al fracaso, amistad, amor, pérdida, lucha; siempre hay dragones, y la presencia del unicornio al que se ha de proteger a toda costa, porque el unicornio es el pilar básico de Thèramon, y si él desaparece Thèramon también lo hará. ¿Qué más puedo deciros? Es una historia fantástica, no he inventado la sopa de ajo. No hay elfos, ni orcos, creo que ni siquiera hay enanos en Thèramon, pero tiene los ingredientes necesarios en toda historia fantástica. ¿De qué trata? ¿De la eterna lucha entre el Bien y el Mal? Podéis quedaros con eso, aunque tampoco es el cúlmen de la originalidad, ¿no tratan todas las historias de esa eterna lucha, en mayor o menor medida?

Lo que sí puedo hacer es mostraros Thèramon lo mejor que sepa, y dejar que mi mundo y mi prosa hablen para todos vosotros. Llevo varias semanas trabajando en la historia de la creación de Thèramon, no sabía cómo contarla. ¿Me limito a decir lo que sé de los orígenes de mi mundo, según me venga a la cabeza, como en una exposición oral? ¿O mejor lo explico con un relato, se entenderá mejor, es lo que los compañeros esperan?

Al final me he decidido por la segunda opción. Escribir siempre se me ha dado mejor que hablar.
He tenido que buscar entre mis viejos escritos, reunirlos y darles forma, los he dividido en varios relatos, he tenido que corregir y que pulir, perdonad que haya tardado, espero que haya merecido la pena la espera. A mí me gusta el resultado. Ya me diréis qué os parece a vosotros.

Debo recordaros que todos los textos que aparecen en este blog están registrados, disfrutad de ellos, y respetadlos, os lo ruego.
Y para aquéllos que vean un exceso de la conjunción Y (que te veo venir, Raquel), recordaros que esta narración en particular bebió especialmente de "El Silmarillón", del gran maestro Tolkien, así que no seáis muy duros con vuestras críticas; el relato pedía este ritmo, esta musicalidad.



© Bea Magaña. (Reservados todos los derechos)  

DE LA CREACIÓN DE LOS MUNDOS Y EL NACIMIENTO DE LOS HERYSHI


"En el principio era el Vacío, y en la inmensidad de la nada infinita existía una Conciencia que soñaba sueños de creación. En su vientre se gestaba una miríada de mundos, y en su mente buscaba un nombre con el que describir a cada uno de ellos. Porque nada puede existir sin un nombre que lo identifique y lo distinga del Vacío. Ella lo sabía bien; no había sido consciente de su propia existencia hasta que su propio nombre fue creado, y el Vacío lo conoció y la reconoció como una entidad independiente de él. Aunque nadie había pronunciado nunca su nombre, porque no había nadie que pudiera hacerlo. Y su soledad y la necesidad de escuchar el sonido de su propio nombre la llevaban a desear que existiera algo más.
         Pero estaba sola, y no sabía cómo llevar a cabo sus sueños. Estaba sola, y no podía pedirle ayuda a nadie. Su deseo era grande, también su desconocimiento. El Vacío estaba ahí, esperando a ser llenado, pero no ayudaba ni daba consejos. Imaginaba la existencia de otros como ella, los buscó en el Vacío, no los encontró. Tardó en comprender que, si existían, no podía llamarlos, porque no conocía sus nombres. Trató de imaginárselos, acabó por inventárselos, no se atrevió a pronunciarlos en voz alta. Se animó a susurrar el suyo, a modo de presentación, esperó una respuesta, el Vacío guardó silencio. Se convenció de que estaba sola, lloró, pronunció su propio nombre en voz alta, se lo repitió muchas veces, para convencerse de que era real.
     Cuando aceptó que lo era, y que nadie sino ella podría hacer realidad sus sueños, descubrió su propio poder. Comprendió el significado de su nombre. Y dio a luz a su creación.
        Entonces, los mundos que se habían estado gestando en su vientre llenaron el Vacío, y eran tan reales como ella misma, y estaban vivos. Y ella volvió a pronunciar su nombre en voz alta, para que todos los mundos pudieran reconocerla. Tiere, la que dio a luz al universo, así se presentó ante ellos. Y todos los mundos repitieron su nombre, extasiados, y la llamaron diosa, y la llamaron madre. Y la amaron. Y el amor que Tiere sentía por todos ellos, sus hijos, la impulsó a seguir creando. Pues eran muchos los sueños que deseaba hacer realidad.
       El poder está en la Palabra, y por medio de ella su pensamiento cobró vida. De su pensamiento hizo a los heryshi, los Sagrados, sus iguales, sus vástagos; sólo tuvo que pronunciar en voz alta los nombres que había imaginado para ellos, y aquéllos con los que había soñado aparecieron junto a ella en respuesta a su llamada. Y los heryshi la adoraron, y le agradecieron que les hubiera rescatado del Vacío, y la llenaron de alabanzas. Y se interesaron por su creación, y quisieron ayudarla. Entonces Tiere les mostró sus sueños, y compartió con ellos su poder, y les enseñó a utilizar ese poder para crear. Y los mundos se llenaron de vida.
        Uno por uno, Tiere fue recorriendo los mundos que habían nacido de sus sueños y les dio un nombre. Y en cada uno de ellos dejó su aliento, su inspiración, y todas sus bendiciones; y a uno o varios de los heryshi que la acompañaban y que quisieron quedarse, con la promesa de hacer crecer ese mundo del que se habían enamorado.
         Ahora bien, el universo es infinito, como lo fuera el Vacío en el principio de los tiempos, e incluso a día de hoy Tiere no ha terminado de recorrerlo entero. Por eso existen muchos mundos que no han recibido todavía su nombre, y que no han conocido a los heryshi, aunque están tan vivos como el resto de los mundos, y habitados por criaturas que Tiere llegó a imaginar en algún momento, pero que no llegó a ver con sus propios ojos. Y, al igual que una madre que tiene infinidad de hijos no puede vigilarlos a todos al mismo tiempo, así ocurrió con estos mundos y con las criaturas que de ellos surgieron, desconocedoras de sus orígenes; que crecieron libres y salvajes, y se hicieron a sí mismas, y no responden ante ningún Creador, y sólo a sus propios intereses guardan lealtad.
      Porque eso es lo maravilloso y al mismo tiempo lo aterrador de los sueños: que, una vez encontrado el poder para hacerlos realidad, ni el más grande de los dioses es capaz de detener el proceso de la creación, y todo lo que en su momento se imaginó cobra vida, y crece sin supervisión, y adquiere conciencia de sí mismo. Y, cuando esto ocurre, ni siquiera el Creador de todos los mundos es capaz de controlar el camino que su creación va a seguir."



Si os ha gustado, colgaré el resto, prometido. Si no os ha resuelto ninguna duda, sois libres de decírmelo. Naturalmente, si no os ha gustado, también deseo saberlo. Agradezco todos vuestros comentarios, ya sabéis que cada vez que dejáis huella de vuestro paso por Thèramon, Thèramon crece.
Que los dioses os guarden.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Una recomendación sorpresa

Cuando decidí crear una etiqueta nueva que llamé Compañeros de Viaje, pensaba en todos vosotros, compañeros y amigos que con vuestro cariño y apoyo habéis conseguido que Thèramon haya pasado de ser mi sueño a convertirse en el sueño de muchos. Pensaba en la palabra colaboradores. Pensaba en un lugar en el que todo el que quisiera aportar su granito de arena pudiera hacerlo. Dando ideas, dejando su opinión de forma extensa, haciendo una crítica, o simplemente presentándose y hablando de sus propias historias o de sus blogs. Porque aquí todos sois bienvenidos, y haberos colocado en la lista de mis blogs amigos para que otros pudieran conoceros no me parecía suficiente agradecimiento por todo lo que me dais y por todo lo que hacéis por mí.
Puede que no fuera muy clara en las dos entradas que publiqué en su momento con la etiqueta Compañeros de Viaje, o puede que mis compañeros sean demasiado tímidos como para atreverse a colaborar, pero la idea sigue ahí, y también la invitación.
Esta semana me he llevado dos sorpresas sumamente agradables. Dos menciones en dos Blogs Amigos, la primera la descubrí por casualidad y la segunda gracias a nuestra página en facebook: Criatura de Fuego, Criatura de Luz (Historias de Thèramon). Quiero dar las gracias a Enone, y a su blog Páramos de Soledad, quienes serán los protagonistas de la próxima entrada con esta etiqueta, en cuanto Enone copie para mí las hermosas palabras que sobre este blog escribió en el suyo (si hubiera podido copiarlas yo misma, ya habría aparecido en esta entrada). Y quiero dar las gracias a Susana y a su nuevo blog Fantastic WonderLand, por las palabras que (en esta ocasión sí) he podido copiar y pegar aquí, para que todos podáis verlas.
Me gustaría que alguien me explicara cómo convertir los nombres de estos blogs en un enlace que, con sólo pinchar sobre el nombre, nos lleve directamente al blog. Es algo que aún no he aprendido a hacer, así que he de conformarme con la mención y con la lista de Blogs Amigos. Por favor, recordad que no tengo quien me enseñe, mi gato sabe menos de estas cosas que yo, disculpad mi torpeza y mi falta de conocimientos. Espero que mi gratitud y mi afecto sirvan para compensar mis carencias.
Susi, prima linda, no tengo palabras para expresar lo mucho que me has dado hoy, gracias por tan maravillosa sorpresa, espero que te guste lo que estoy haciendo ahora, es mi forma de darte las gracias y de decirte que eres una amiga estupenda y que te quiero un montón. Me ha gustado mucho tu nuevo blog, ya me he hecho seguidora (y lo habría hecho antes, si hubiera sabido de su existencia). Te deseo muchos seguidores, muchos amigos, y toda la felicidad del Universo, el Cosmos siempre nos devuelve aquello que damos, y es mucho lo que tú me has dado, así que prepárate para recibir muchas cosas buenas. Que los dioses te bendigan.
Soy una persona muy afortunada. He conocido a muchas personas estupendas en los últimos meses, amigos y amigas sin los cuales no puedo vivir, que me han hecho sacar lo mejor de mí misma, que me quieren, que me apoyan, que me animan a seguir creando y haciendo crecer un mundo al que ya aman tanto como yo. Doy gracias a los dioses, y les pido que os mantengan a mi lado por siempre. Os necesito. Os quiero.
Os dejo la colaboración de Susana, mi prima en mi corazón. No tengo otro modo de darle las gracias que animándoos a todos a visitar su blog. Si lo hacéis, dejadle un comentario, dadle las gracias en mi nombre.


4:25:00 PM  AREYOURFANTASY  2 COMMENTS


Os recomiendo que os paséis por el blog de Dragones y unicornios, historias de Thèramon, la mejor novela on-line de tema fantástico, si os gustán los dragones, los unicornios, seres mágicos y no mágicos

¿a que esperas para leer lo que escribe BMagaña?

Os traigo un fragmento (primer parráfo)  para que sigáis leyendo:
" Todos los comienzos son difíciles, solía decir el abuelo cuando se disponía a enseñarme algo nuevo. Sea lo que sea lo que intentes, decía, lo difícil es dar el primer paso. Es normal sentir miedo. Tememos a los desconocido, a fracasar, a hacer el ridículo. Pero el miedo no es una opción. Si permites que el miedo te domine, te quedarás siempre donde estás ahora, y nunca sabrás, nunca descubrirás, jamás llegarás a ningún sitio. Ni experimentarás la emoción de estar viva. No tengas miedo, niña mía, pues no hay nada en este mundo que no puedas conseguir, tienes el poder necesario para lograr cuanto te propongas. Mira siempre adelante, y actúa, atrévete a dar ese primer paso sin temer las consecuencias, pues también de los fracasos se aprende. Dime, si nunca fracasaras, ¿cómo sabrás reconocer el éxito cuando por fin lo alcances?"

Es una escritora fantástica, que seguro sacará su libro impreso además de ser una grandisima y bella persona, que se merece que todos la lean y que le publiquen, ¡¡¡sigue asi prima!!!
El blog: 
Dragones y unicornios, historias de Thèramon
Facebook: 
Criatura de Fuego, Criatura de Luz (Historias de Thèramon)



Océanos de amor, Susi.

Y a vosotros, compañeros de viaje, espero veros también en esta etiqueta, ¡No seáis tímidos!


martes, 2 de agosto de 2011

El lenguaje de los dioses

Hoy no estoy muy inspirada para escribir una introducción acorde con el contenido de esta entrada. Así que voy a ser breve, por una vez, y voy a ir al grano.

El idioma de Thèramon.

Todas las razas que pueblan este mundo hablan el mismo idioma, que podríamos llamar Común; qué poco original, lo sé, pero de momento me sirve para diferenciarlo del lenguaje más elevado que procede de los primeros tiempos, el lenguaje que los dioses se trajeron consigo desde Wad Ras, su primera morada más allá de los cielos. Este idioma arcano y mágico ha sido olvidado por la mayoría de las criaturas que habitan en Thèramon, pero los Dragones lo emplean para comunicarse entre ellos, y también los Ilohiim lo conservan en la memoria.   

Ya conocéis algunas palabras de este lenguaje especial: dizseiim, ilohiim, Onii, korceler; los nombres que aparecen en el mapa de Thèramon proceden de esta lengua que aún no tiene un nombre oficial. Llamarlo Thèramonico no me convence. Y aunque no dudo de que con el tiempo él mismo se me revelará, hoy quiero pediros vuestra colaboración, ¿me ayudáis a buscarle un nombre que se ajuste al mundo que ya conocéis y amáis?

El lenguaje de los dioses. No conozco la palabra para designar "lenguaje", pero sí la raíz que significa dioses. Os doy unos ejemplos:

Raaladdi --el padre de todos los dioses; así es como se conoce a Enlil en algunos sitios.
Boreade Addinea --la Montaña de los Dioses.
May-tê-addi --el amado de los dioses, nombre utilizado para referirse al unicornio.
Alodial --literalmente traducido: todos los dioses; Alodial es la estatua sin rostro que los habitantes de Paso de Lo Fosc veneran, dado que Paso es una aldea muy pequeña y no tiene un templo propiamente dicho, cada uno le reza al dios que más le atrae, y su fe le pone el rostro a la estatua que los representa a todos.

Como sé que no es fácil inventarse una palabra en un idioma que no conocemos, hoy os dejo una muestra del lenguaje de los dioses, para que os hagáis una idea del aspecto que tiene y de cómo suena.

Este poema, que traduciré un poco más abajo, es en realidad una laudana; actualmente, se denomina laudana a cualquier canción de cuna, pero en un principio fueron dominio de los trovadores o narradores de historias, y generalmente hablaban de los tiempos antiguos, de los dioses y de sus logros, de la majestuosidad de los dragones y de la belleza de los Ilohiim; más tarde se utilizaron para narrar grandes gestas épicas, y las laudanas más hermosas y más tristes que han llegado hasta nuestros tiempos son las que hablan de Nunak Dev y de las guerras que provocaron la caída de los Onii en la llanura que se extiende a los pies de Boreade Efenik, hoy conocida como la Devastación.

Vaya, había dicho que iba a ser breve.

No me extiendo más. Aquí tenéis esta laudana, es muy especial, es una canción que pocos conocen y que tan sólo el Korceler (el Protector del Unicornio) es capaz de escuchar, procedente de los Prados de las Fuentes Cristalinas.

Prestad atención. Podría ser que alguno de vosotros escucharais esa llamada.




©   Bea Magaña (Reservados todos los derechos) 


Veda-lai, vice nun
Het Nùn zaye sol
Nùn ü mon vör ma es
Nùn ü wonk tet N'emma.
Zayem, Korceler zayem
Het Korceler arka shamëk
May-tê-addi shamëk
fro siebe vicem sigille höodor.

Tew bet-sin tet clamed, tew arka,
höodor apper-ire es
pa Nùn komme kham sil.

Tew res od-acouni ha, tew res od-atiuni ha
fur siebe vicem sigille höodor arkham
Dae, im anteris gröveld
vör Guadia nah-nak
May-tê-addi shamëk
Dae tew kom et-occula
Het alif lalo-ew sol.



Ésta es la traducción:


Una vez, cada cierto tiempo
él debe elegir a uno,
Uno que es único entre todos,
Uno que conocerá su nombre.
Elige, elige a su Protector
y espera a que su Protector acuda.
El amado de los dioses espera
tras la puerta siete veces sellada.

Escucha su llamada, acude,
la puerta está abierta
pero sólo puede entrar Uno.

Has sido invocado, has sido invitado
a traspasar la puerta
siete veces sellada.
Allí, en los Prados Floridos,
entre el rumor de las fuentes
el amado de los dioses espera.
Allí podrás contemplarle.
Tiene algo que decirte.


Viajeros de Thèramon, compañeros de viaje, amigos todos, si se os ocurre alguna idea, no dejéis de compartirla. Si creéis que el lenguaje de los dioses es hermoso y merece tener un nombre que lo diferencie de los demás idiomas del mundo (de todos los mundos), ayudadme a buscarle uno, os lo ruego.

Que los dioses os guarden.
Ya véis que no tengo mucho tiempo últimamente, pero os llevo siempre en mi pensamiento, y en todo momento os envío mi amor y las bendiciones de Ulcus y de Neera.
Amad, y creed. Amad, y confiad.

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Por Susana © Registrado por Bea Magaña

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