miércoles, 26 de octubre de 2011

Thèramon. El Origen (V). De la creación de Oreal, la Gema del Destino.

Las Musas son caprichosas. Me han tenido un mes entero esperando el quinto capítulo del génesis de Thèramon, desoyendo mi llamada y mis ruegos, ignorando mi impaciencia y limitándose a mostrarme imágenes (muy sugerentes, eso sí) en lugar de darme las palabras que me moría por leer. Creo que pretendían que abriera la puerta del despacho y rescatara la historia de las Mazome y del hombre oscuro de la carpeta en la que dormían desde hacía demasiados años; lo cierto es que son muy listas: saben que ciertos escritores me inspiran con su prosa, y que nadie me inspira más que yo misma, que releer mis propias historias me ayuda a conectar de nuevo con mi forma de narrar y que hay cositas en los antiguos relatos que tengo que recordar antes de ver cómo los dioses llegaron a Thèramon por primera vez. Al encontrar entre esas páginas la bola de cristal que en la Era de Sanaa llaman Ojo de Amunik he comprendido el significado de ciertas imágenes que las Musas me mostraban; he entendido a qué se refieren cuando hablan de las Joyas Hermosas, de las que voy a hablaros hoy en este nuevo relato.

Y digo nuevo porque el capítulo que os traigo lo es. Esta vez no ha habido opción de reescribir y corregir, nada de copiar y pegar; en esta ocasión he tenido que escribir partiendo de cero. No existían datos acerca de Oreal. Su existencia ha sido, digamos, casual, en ningún caso premeditada. Pero necesaria, como ya apunté en la entrada que daba paso al relato anterior del Origen. La idea de la gema que encerraba un poder especial fue de Jordi Nogués, compañero de viaje y amigo muy querido, cuya imaginación ya querría yo para mí. Jordi, espero no haber destrozado demasiado esa idea que me diste. Las Musas escuchan, toman nota, y luego hacen lo que les parece, ya lo sabes.

Pero las palabras que conforman este capítulo se negaban a salir de mi teclado, y no sé si lo habrían hecho de no haber contado con una colaboración especial y totalmente involuntaria, la de Juan Jesús Iglesias, también compañero de viaje y también amigo, en cuyo blog encontré la inspiración que las Musas estaban buscando. Sobre el mar azul, bajo el cielo negro, es un poema corto y hermoso que J.J (I) colgó en el blog que lleva el mismo nombre, y las Musas se pusieron a batir palmas de puro entusiasmo. Queremos esa frase, dijeron, y fue una orden más que una sugerencia. Así que le pedí permiso a J.J (I) para utilizar el título de su blog en mi relato, y él me lo dio. Homenajear siempre, plagiar nunca, le dije. Luego las Musas hicieron a su antojo, y reescribieron el citado poema. Así que volví a pedir permiso a J.J (I), esta vez le mostré el poema, no voy a usarlo si a ti no te parece bien que lo haga, le dije. Su respuesta fue (copio su mensaje):

Bea, estoy orgulloso de ti. Me ha gustado mucho y además has conseguido que la poesía dé un pasito más que quizá no dio conmigo en su día porque la escribí a lo mejor demasiado breve y escueta. No será plagio porque tienes mi aprobación y mi apoyo, a mí la mención ya me hace honores. Así que adelante. Y si quieres más opinión, aquí estoy :)  muchas gracias por elegir unas líneas que salieron de mi cabeza revuelta ^^

Así que, con su aprobación y su consentimiento, aquí tenéis el relato. Gracias, Juan Jesús 8) Espero que el relato no te defraude.


© Bea Magaña
(Reservados todos los derechos)

DE LA CREACIÓN DE OREAL, LA GEMA DEL DESTINO

"De Oreal y del destino que corrió se han cantado infinidad de laudanas y narrado no menos historias, porque la maravilla y el misterio son siempre fuente de inspiración y motivo de leyenda. Pero de su creación poco se ha dicho, pues nadie sino su artífice llegó a conocer los pormenores, y el instinto primero y la necesidad después le obligaron a mantenerlos en secreto, aun ante sus más allegados.
    La más nombrada entre todas las maravillas de la creación fue también la más preciada de todas las Joyas Bellas, admirada y bendecida por los Sagrados y adorada por los nuevos dioses, así como por las criaturas que de su deseo y de su pensamiento surgieron en el nuevo mundo que Ergin halló y que Eshor reclamaría como propio tiempo después de que su padre hubiera sido asesinado por la Oscuridad que moraba en los cielos. De todos es sabido que, en tiempos posteriores a su creación, su salvaguarda originó el nacimiento de los primeros dizseiim, criaturas mortales parecidas a los dioses; y porque era el tesoro más codiciado por Nepritel, y porque su pérdida o su destrucción habría significado el fin de Thèramon, así como la desaparición de Wad Ras e incluso la ruptura del equilibrio del propio universo, Eshor se guardó mucho de desvelar los secretos del proceso de creación de Oreal.
    Que nació del amor, es algo en lo que todos se han puesto de acuerdo a lo largo de las Eras. Pues de todos es sabido que el amor es la fuente de toda creación, como demostró Tiere, y sus vástagos después de ella. Pero el amor por sí solo no basta, y Eshor necesitó de todo su ingenio y del poder combinado de los heryshi y de los addimantol para conseguir darle forma a sus sueños. Mucho tiempo trabajó en ello, y muchas pruebas hubo de realizar antes de obtener la joya que contendría en su interior el destino de todo el universo.
    No fue tarea sencilla, pues su propósito era encerrar en una gema la Luz que había visto en los recuerdos rescatados de la memoria de sus padres, que todos los Sagrados compartían y que sus hijos habían heredado; una Luz que no había sido creada todavía, más cálida y radiante y perfecta que la que podía producir cualquier mundo que hubiera sido modelado por el poder de los heryshi. Una Luz que Tiere había soñado durante su existencia solitaria y a la que aún no había dado forma. Probó con el fuego, probó con el aire, probó con el amor y con el deseo, con todos los poderes de los dioses que moraban en Wad Ras. Cuando descubrió que de la luz era posible crear música, intentó el proceso a la inversa. Y la música le mostró el modo, y con la inspiración que Tiere había implantado en todos sus vástagos, y el poder que había otorgado a los heryshi y a sus descendientes, y tomando como modelo los recuerdos de su Diosa, que también vivían en su memoria, obtuvo una muestra de esa Luz; y después de muchos intentos consiguió encerrarla en el interior de una gema que él mismo había ideado, y de este modo Oreal fue creada.
   Eshor no imaginaba entonces que su preciosa joya iba a llegar a ser tan importante en el futuro. Pues no comprendía todavía que esa Luz, que iba a desterrar todas las sombras que poblaban el universo, era la propia esencia de Tiere, la Señora de todas las cosas creadas, de toda vida, de todo poder; el alma de Viorel, el corazón de todos los mundos, la razón de toda existencia. Eshor nunca había visto el rostro de Nepritel, ignoraba que una sombra se movía a través de Viorel sembrando la destrucción a su paso, una sombra sin nombre, sin alma, sin más deseo que apoderarse de la luminosidad que Wad Ras emanaba, para poseerla, para destruirla. No podía imaginar de qué modo codiciaría Skadûr esa nueva Luz, con cuánto afán la desearía y la buscaría, decidido a apagarla para siempre, sin saber que la destrucción de Tiere significaría la desaparición de todo el universo, incluido él mismo.
   Pero antes de Oreal otras tres gemas hermosas y mágicas fueron creadas. Dos fueron obra del propio Eshor, pero Halod, su primo amado, fue el artífice de la tercera; pues no era sólo un joven travieso y aficionado a la aventura, sino que gustaba de explorar porque su necesidad de conocer era grande, y siempre buscaba saber qué había más allá: más allá del laberinto que había creado su padre para los addimantol que habrían de nacer, más allá del bosque que se abría al final del laberinto, más allá de la llanura que se extendía en todas direcciones después del bosque, más allá de las montañas que se alzaban orgullosas queriendo tocar el firmamento; más allá del mar que Traytum había llenado de vida. Más allá del espacio y del tiempo.
   Y fue el mar lo que inspiró a ambos addim, el mar y la canción de Ariiama, una hermosa laudana que los dos primos escucharon embelesados:

                   Sobre el mar azul, bajo el cielo negro
           recostada en una barca sin remos,
           llamo a gritos a los vientos
           y espero a que éstos hinchen la vela
           que he tejido con mis anhelos.
                   Con los ojos cerrados,
           miro dentro de mi corazón,
           tratando de ver con otros ojos
           lo que ningún ojo ha visto todavía,
           lo que varios espíritus ya han soñado.
                   Sobre el mar azul, bajo el cielo negro,
           para escapar del crepúsculo
           en el que sueño con una Luz nueva,
           navegaré con ayuda del viento
           hacia tierras lejanas, hacia tiempos futuros.
                   Sin temor ni pena
           me alejaré de este reino,
           cruzaré las salinas aguas a ciegas
           sin brújula, sin mapa,
           sólo me guiará el viento
           y mi amor, y mis sueños.

    Blaük Mearae, daro Skae; la primera frase del poema de Ariiama daría nombre a una gema hecha de agua y de luz. De la playa en la que a menudo se reunían los dos enamorados cogió Eshor un puñado de arena húmeda y le dio la forma de una lágrima del tamaño de una concha, volcó sus sentimientos en ella y la tiñó con los colores que su amada había descrito; con el ardor de su pasión calentó la arena hasta cristalizarla, y más tarde la engarzó en un cinturón hecho con coral y algas marinas y decorado con escamas de tonos oscuros y perlas nacaradas. De este modo Blarae Daroska se confundía con las escamas asemejando una más. Y Eshor le regaló el cinturón a Ariiama, y ella se lo puso, y de este modo selló su destino, que habría de cumplirse más adelante, en una playa lejana, en un mundo que acabaría siendo llamado Kêres Domain; nombre que, al ser pronunciado por el primer mortal que intentó utilizar el lenguaje de los dioses, se convertiría en Thèramon.
    Halod, por su parte, se quedó con otro aspecto del poema: tierras lejanas, tiempos futuros; y usando el poder existente en los ojos de su madre, el don que él había heredado, creó a Miraphora, la Ventana del Tiempo. Semejante a una bola de cristal y no más grande que el puño de un niño, su tacto era suave y elástico, como si no estuviera hecha de frío cristal, como si estuviera viva. Y era cálida, y parecía contener una nube de niebla en su interior, pero brillaba tenuemente y se aclaraba ante los ojos inocentes de un alma pura y un corazón noble, y entonces dejaba ver imágenes que habían tenido lugar, estaban sucediendo o estaban por venir en otros mundos, o en otros tiempos. Y Miraphora llegaría a Thèramon, y allí sería conocida, y utilizada por muchos dizseiim, incluso por aquéllos que no poseían un corazón noble, pero eso no le hizo perder sus propiedades, y también a muchos de éstos les mostraría su poder; porque Halod no se la había regalado a nadie, y por tanto su gema no tenía dueño, y llegaría a servir a los propósitos de muchos, en ocasiones para desgracia de todos.
    La tercera gema se llamó Addinea Laare, el Hogar de los Dioses, y en su interior Eshor había conseguido introducir parte de la esencia de cada uno de los heryshi que habían contribuido a completar la obra que su padre y su tío habían iniciado en Wad Ras. Inspirada en el mundo que Ergin y su hermano gemelo habían transformado a partir de una pequeña esfera suspendida en la inmensidad de Viorel, fértil pero vacía de luz y de colorido, Addinaare era una gema redondeada que brillaba con los colores de la tierra, del mar y de la vegetación, cálida al tacto, radiante como el mundo al que representaba y vibrante como un corazón pletórico de vida. Esta gema fue un regalo de Eshor a su padre amado, y a Ergin tanto le complació que ordenó al gran orfebre Alastair que la engastara en una cadena de oro para poder llevarla siempre sobre el pecho, colgada de su cuello. Y allí quedó tras la muerte de Ergin, unida al cuerpo tendido sobre la superficie de Ardem Arif, el mundo que el heryshi había descubierto y bautizado; y fue enterrada con él en la tierra recién hollada, y pasó a formar parte de ese mundo que más tarde Eshor reclamaría como suyo, y de este modo Wad Ras existió también dentro de las fronteras de Thèramon, y así Thèramon fue bendecido por los dioses, y estuvo siempre protegido por ellos.
    Estas tres gemas fueron las precursoras de las infinitas maravillas que estaban destinadas a ver la luz de varios soles, y a convertirse en leyenda entre los mortales que habrían de nacer a raíz de la existencia de Oreal y de la necesidad de proteger y preservar tan extraordinaria creación.
    Pero nada de esto habría tenido lugar sin la existencia de Ariiama. Pues antes que todas las gemas una joya hermosa fue creada, y fue la primera de muchas, y la inspiradora de todas las demás.
    Más grande que una lira y más pequeña que un arpa, pero compartiendo características de ambas, la primera de las Joyas Hermosas fue un llaut hecho de plata y de espuma de mar, un instrumento acorde con la voz cautivadora y profunda de la primera llaudaner de la historia. Eshor lo fabricó inspirado por la laudana que también inspiraría la creación de Blarae Daroska, y lo llamó Lummenii-a-Llaut, pues sus cuerdas estaban hechas de Luz; pero cuando Ariiama lo tocó por primera vez lo llamó Miussaura, que significa Música Resplandeciente. Y de sus cuerdas brillantes surgió una bella melodía llena de poder que conmovió el corazón de cuantos la escucharon, y despertó el genio creador de muchos que creían que ya no quedaba espacio en Wad Ras para seguir originando maravillas.
   Pero fueron los addimantol, los hijos de los dioses, los que con más intensidad percibieron el poder de aquella música surgida del llaut de Ariiama, y tocados por ese poder dieron forma al tema que después sería llamado De la Segunda Creación.
   Y fueron los addim los artífices de las preciosas joyas que estaban llamadas a formar parte de la historia y del destino de Thèramon, un mundo que aguardaba el momento de ser descubierto y colonizado.
   Muchas de estas joyas se perdieron con el transcurrir de los siglos. Algunas fueron ocultadas con tanto acierto que nadie fue capaz de hallarlas, aunque fueron incontables los mortales que las buscaron alrededor del mundo, e incluso que dedicaron toda su vida a seguirles el rastro. Algunas fueron regaladas, o entregadas en custodia, muchas fueron robadas, unas pocas destruidas. Pero de todas ellas se recuerda el nombre, pues lo que ha pasado a convertirse en leyenda nunca llega a caer en el olvido, y de un gran número se conoce su aspecto, pues reyes y héroes las lucieron en algún momento de la historia, y así pasaron a formar parte de ella, al igual que los grandes hombres y mujeres que las llevaron y las usaron alguna vez.
   Pero de Oreal poco se sabe, ni siquiera de su aspecto, pues sólo Eshor llegó a lucirla sobre su frente, engastada en una diadema de la más fina plata que Alastair fabricó a petición de Ergin, quien tuvo la oportunidad de quedársela para sí y prefirió devolvérsela a su artífice. Pues aunque se sintió conmovido por su belleza y atraído por su poder, cuando Eshor le entregó Luz de los soles que estaban por nacer el Señor de Wad Ras no se atrevió a aceptar tan maravilloso presente. Y lo rechazó, argumentando que Eshor ya le había regalado una hermosa joya, y que Addinaare le parecía suficiente demostración de amor. Y Eshor aceptó la decisión de su padre, y la delgada corona de plata que éste le devolvió, y desde entonces y durante mucho tiempo llevó la Gema del Destino en su frente, semejante a una estrella de luz."  



7 comentarios:

  1. simplemente perfecto prima perfecto

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  2. ¡Eres una gran escritora! Me haces visualizar esas gemas llenas de luz, surgidas de un amor infinito, tocadas por el destino para desterrar las sombras,... Me ha encantado la manera en lo que lo explicas y el aura misteriosa que encierra la narración. ¡Gracias por compartirlo! ¡Un beso!

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  3. Una imaginación superdotada, Bea, aunque te ruborices :)

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  4. Bueno, bueno, bueno, ¿y veremos más gemas hermosas a lo largo de la historia de Theramon? Y la gema Oreal,¿qué fue de ella? Que forma más bonita de narrar la creación de las gemas. Haces que quiera una xd.
    Presiento también, que cada vez nos acercamos más a la historia en sí de Theramon. En decir: a conocer la historia de sus primeros habitantes.
    En todo esto solo tengo una pega; y es más bien para que la tengas en cuenta y no se te olvide jeje. Que no nos dejes a medias con el relato de las mujeres guerreras. Pomnos más algún día que yo quiero saber que fue del hijo de Dayna. Y tengo otra pregunta, ¿el hombre oscuro que Dayna ve en sueños, es el Nepritel que se quiere cargar Wad Ras? Besoteeeeeessss

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  5. Gracias, gracias por vuestros coemntarios, lo digo siempre, y no me cansaré de repetirlo: Thèramon crece gracias a todos vosotros.

    Mi Reicaal, cada vez estamos más cerca de Thèramon; creo que nos quedan dos capítulos, y veremos el momento en el que Eshor y Halod despiertan en ese nuevomundo, con una Apariencia distinta... pero no digo más, aunque a estas alturas ya todos deberíais tener una idea de en qué se van a ver convertidos esos dos jóvenes addim.
    ¿Qué fue de Oreal? Pues lo cierto es que queda mucho por decir todavía sobre la Gema del Destino. Su existencia dio lugar a la segunda Era de Thèramon, y más aún, toda la historia de Criatura de Fuego, Criatura de Luz, gira en torno a la búsqueda de tan maravillosa y poderosa joya.
    Pero no voy a olvidarme de Dayna y de las Mazome, estoy revisando esa vieja historia y eligiendo los capítulos que subiré al blog más adelante, en los que sabremos más de ellas, así como del hombre oscuro, del hijo perdido de Dayna y del padre desconocido de éste. Sé que serás paciente, mi niña, intentaré responder a todas tus preguntas capítulo a capítulo.
    En cuanto a tu última pegunta, el hombre oscuro no es la Sombra, sino el servidor de la Sombra; N'Ögard es su título, y su misión: conseguir que Skadûr pueda entrar en Thèramon.
    Océanos de amor!!

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  6. Saludos!

    Quiero formar un grupo de exploradores para ir en busca de alguna de esas joyas mitológicas. Sobre todo me gusta la Joya del Tiempo, la quiero para mí! jajaja

    Ya en serio, ¡me encantan! Y me gusta lo que a partir de un poema ha surgido.

    Besos, Bea, Dama Guardiana de los Destinos de Théramon!

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  7. Sergio, tú pones el linsk y yo hago de guía, ¿te parece? ;) Seguro que más compañeros se apuntan a una expedición así. Existe una cueva en el Desierto de las Ilusiones llena de maravillas y de Joyas Hermosas. Pero la que a ti te ha gustado, la Ventana del Tiempo, podrás verla pronto en una ciudad llamada Maindûr, en el interior de la Torre de Mahor, y en las manos de un ladrón que sabe mucho de tesoros únicos y de Gemas Bellas.
    Sobre todo, no te olvides de traer el famoso linsk de Erthara!! Besos, compañero creador de mundos!

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Viajeros de tierras lejanas, amigos de siempre, vuestra visita nos alegra y vuestra opinión nos ayuda, recordad que cada vez que dejáis huella de vuestro paso, Thèramon crece.

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