He imaginado muy a menudo la Felicidad, así, con mayúsculas. He escrito sobre ella en mis novelas, la he soñado, la he descrito, he creído sentirla muy a menudo en los últimos meses. Creía que la tenía al alcance de la mano, que podía tocarla con sólo estirar el brazo y cerrar los ojos.
No sabía que estaba equivocada.
La Felicidad es mucho más de lo que había imaginado.
La Felicidad real es tan inmensa que no se puede describir con palabras.
No me siento embargada por la emoción, ni a punto de llorar de puro gozo, no tengo ganas de ponerme a cantar ni siento que el suelo desaparece bajo mis pies y que me elevo hacia los cielos. Eso es lo que les sucede a los personajes de mis historias cuando son felices. Lo que yo siento es mucho más grande.
Siento tanto, tanto AMOR que necesito, más que deseo, compartirlo con el resto del mundo; no soporto pensar que exista alguien que nunca haya conocido la Felicidad como la conozco yo; ojalá pudiera transmitirla a cada uno de vosotros y hacer que os sintiérais igual que yo en estos momentos.
No hay nada mejor ni más grande que ver cómo se cumplen los sueños.
Hoy os dejo un nuevo fragmento de este prólogo que tantos buenos comentarios ha recibido hasta el momento. Es una parte de mi corazón, y mi corazón está henchido de Amor y de gozo, por eso quiero compartirlo con vosotros, queridos compañeros de viaje. Sin vosotros, este blog no tendría razón de ser. Sin vosotros, Thèramon seguiría siendo tan sólo un sueño. Espero que lo disfrutéis tanto como los anteriores, y que os haga sentir la misma emoción y el mismo anhelo que me hace sentir a mí.
Os deseo océanos de amor y de Felicidad con mayúsculas.
Y de nuevo os doy las gracias.
© Bea Magaña
(Reservados todos los derechos)
"Cuando Brelian parte al encuentro de Cauro, su esposo, privando a los cielos de su brillante resplandor azul, Fsaira se ciñe a la frente su diadema de zafiros y se eleva con gracia por el este vestida de oro y turquesa. Hermosa entre las inmortales, tan sólo Blava Brelian puede hacerle sombra, y por temor a pasar inadvertida no se atreve a asomar su bello y pálido rostro durante el día. La tarde le pertenece, y de ella es reina hasta que decide abandonar los cielos, llevando entre sus brazos amorosos a los que vienen del oeste fatigados después del largo viaje que les ha traído hasta ella: Plio, su propio hijo, la luz surgida del fuego creador de Ulcus, y Aeblir, la llama que arde en su corazón, el que no ha de reinar junto a ella sobre el horizonte oriental.
Nacida de los amores de Adtaros y Narieda, Fsaira es hermana de Aeblir el Intrépido, al que ama con la profundidad de lo que es secreto y desea con la pasión de lo que es prohibido. Durante un instante, cuando se encuentran y se funden en un abrazo, el rojo de la pasión que Fsaira siente arde en los cielos como una llama imperecedera que no tarda en extinguirse. Pues Aeblir jamás será su esposo, y pronto él se queda dormido entre sus brazos, y Fsaira vuelve a irradiar su pálida luz, producto de su corazón apesadumbrado.
Ella es la preferida de Ulcus, quien la desea sólo para sí, y por él tiene prohibido demostrarle afecto al primogénito del dios Forjador; y perseguida por éste, no se atreve a acercarse a su morada, y por eso no conoce el oeste, ni ha visto nunca el rostro de Cauro, que es también hijo de Adtaros el inconstante, el padre de los vientos.
Deseada por muchos, esposa de nadie, ella es Fsaira la Indómita, decidida a que ningún inmortal rija su destino. Por eso va y viene, como una estrella inconstante, y al igual que su padre recorre los cielos a su antojo, iluminando con su pálida estela aquella parte del mundo que el ardor de Ulcus no ha tocado.
Al este del país donde las nieves no desaparecen, ocultos más allá de Boreade Sibbah, viven los más hermosos entre los ilohiim, a juicio de Fsaira, los delicados Albos que cohabitan con los Onii que se deslizan en aras de los vientos, todos ellos amados por Adtaros, que vela por ellos desde su morada celestial. El Sol Azul los conoce bien, y al igual que su padre los ama de manera especial. Sus cabellos tienen el color de la más pura nieve jamás hollada, y sus ojos penetrantes ribeteados de violeta recuerdan sin dudar a los del amado de los dioses. Pero ninguno se parece tanto a May-tê-addi como la niña que ahora se aleja a través del Desierto de Hielo cogida de la mano de un hombre que, por su aspecto, bien podría ser su abuelo. Esa niña cuyos ojos irradian una luz tan pura y hermosa que podría competir en belleza con la de la propia Ungetsu, la amada por todos los dragones del mundo.
La niña aparenta unos ocho años, aunque son más del doble los que ha vivido oculta de la vista de cualquier mortal, a uno y otro lado de las barreras mágicas que separan a los ilohiim de los dizseiim. A lo largo de su vida ha aprendido a soportar incomodidades y a defenderse por sí misma, a pasar desapercibida y a guardar secretos. Si su estancia en Oasyna le ha enseñado algo más, lo ha olvidado en el momento en el que ha abandonado el hogar de los Lil Xaii. Ése ha sido el regalo de despedida de Lil Duma, el único que ha sabido ver más allá de su Apariencia a la criatura que aguarda paciente el momento de manifestarse.
-Este mundo no está preparado para conocer a una criatura como ella -le ha dicho Duma al hombre que hace las veces de padre de la niña, si bien ésta no le llama padre sino abuelo-. Es mejor que crezca en la ignorancia. Devuélvela al mundo al que pertenece y permite que crezca entre dizseiim como una dizseiim más, desconocedora del poder que guarda en su interior. Cuida de ella como hasta ahora, protégela y no bajes la guardia, pues aunque nadie conozca su existencia y nadie la busque podría ocurrir que por azar alguien descubriera el secreto que se oculta detrás de sus ojos. No te inquietes por el futuro que le aguarda. Si May-tê-addi decide reclamarla, se presentará ante ella llegado el momento. Si, por el contrario, su destino es el de una Baskonia, ella misma sabrá encontrar su lugar, como lo hiciste tú en su día.
-Aladar me envió a tu ciudad porque sabía que sólo tú podrías ver más allá de su Apariencia -ha insistido el hombre, reacio a marcharse sin una respuesta-. Dímelo, Duma, por el amor de Enlil, dime qué clase de criatura es mi pequeña.
Lil Duma ha esbozado una sonrisa enigmática.
-Es una criatura de fuego, y también es una criatura de luz, pero no puedo decirte qué aspecto tendrá en su forma verdadera, pues no he llegado a verlo. Sólo hay uno en este mundo que podría decírtelo, un hombre al que conoces y amas y con el que no deseas encontrarte a pesar de lo mucho que has añorado su compañía y sus consejos. Por ese motivo has evitado acercarte al corazón de Minroq Dalnu durante todos estos años de vida errante.
-El rey de Mersha, mi señor Cornell -ha susurrado el hombre sin dudar.
-Ése es el nombre que utiliza ahora -ha asentido Lil Duma, con otra sonrisa enigmática-. Sólo Cornell tiene el poder necesario para ver lo que ningún mortal puede ver.
De vuelta al oeste, quién sabe si hacia Minroq Dalnu, vestidos con túnicas blancas y envueltos en pieles, una niña y su abuelo viajan en busca de un lugar en el que echar raíces y de un destino que ninguno de ellos conoce. Fsaira observa su avance y se pregunta si Enlil es consciente de la existencia de esa criatura y si él ha permitido que lo imposible ocurriera.
Criatura de fuego, criatura de luz... ¿qué nombre recibirá una criatura como ésa?
Ah, pero eso no es tan importante ahora.
Olvidando por un instante a la muchacha, Fsaira se vuelve hacia los recién llegados y esboza una sonrisa de bienvenida. Aeblir sostiene a un Plio dormido entre sus brazos con el cuidado de un padre amoroso y la mira con intensidad antes de entregárselo. Los cielos arden durante un instante mientras que en la tierra una muchacha que es mucho más de lo que aparenta eleva el rostro hacia el firmamento y busca con la mirada a la luna que solamente los Onii son capaces de ver. Fsaira rodea a Aeblir con sus brazos y los mece a ambos; y cuando el Gran Sol se queda dormido, envuelto en el manto púrpura y turquesa que Fsaira traía en su carro, la indómita azul coge las riendas y da media vuelta, resuelta a no traspasar la barrera que separa el este del oeste, donde Ulcus la espera para hacerla suya para toda la eternidad."
Os animo a pasaros por el Templo de Alodial, y dejar allí vuestros comentarios, críticas, preguntas y sugerencias. Recordad que un blog se alimenta de los comentarios de sus seguidores. Aunque no os llamo seguidores, sino compañeros de viaje, porque os siento compañeros y amigos más que viajeros curiosos, aunque a muchos de vosotros no os conozca todavía.
Que el amor sea vuestra Luz y vuestra Guía, y que en cada cosa que hagáis pongáis siempre vuestro corazón, porque sólo desde el interior de muestros corazones salen las mejores creaciones. Ulcus y Neera lo saben bien, y por eso crearon a los dragones y a los unicornios que pueblan Thèramon, y desde la calidez de Wad Ras velan por todos ellos, y les ayudan a crecer, y les otorgan su poder, el poder de los dioses.
Hoy mi Destino se ha reunido conmigo, y me ha mostrado el futuro. Hoy no hay nadie más feliz que yo en todo el universo.
Doy gracias a los dioses.
Amo, y creo.
Amo, y confío.
Otra historia más a la que me engancho!!!
ResponderEliminarHe llegado a "De dragones y unicornios" desde "El Arcángel de luz", blog que sigo desde hace unas semanas.
La verdad es que es genial encontrar a tanta gente que escribe simplemente por el hecho de escribir, porque nos gusta y disfrutamos con ello (es cierto que el deseo de que alguna editorial se interese alguna vez por nuestros relatos también está ahí, pero creo que aunque eso no ocurra lo seguiremos haciendo).
En serio, me he leído todas las entradas que has publicado hasta ahora, del tirón, y la historia es muy original. Tienes una gran imaginación.
Te dejo la dirección de mi blog por si quieres pasarte. Yo seguro que me vuelvo a pasar por el tuyo.
Saludos!!!
www.pilarestevez.blogspot.com
Beaaaa, sabes que te digo? que en cada nueva entrada que haces, me das más motivos para sentirme orgullosa de tener una amiga escritora como tú!!! Lo sorprendente (de verdad te lo digo) es que con el talento que tienes, encuentres razones para elogiarme a mi. Esa niñita cuyo origen aparenta ser muy poderoso, me tiene realmente enganchada. Es que de verdad que me encanta el peregrinaje que esta haciendo con su tutor. Es más!, la ternura que irradia en esa relación para mi, es el punto fuerte de la historia.
ResponderEliminarPor cierto pillina me dejas doblemente intrigada porque quisiera yo saber el motivo de tal felicidad indiscriptible!! jajajaja, sea lo que sea me alegro un montonazo por ti. Re-por cierto xd, me encantó la expresión "estrella incostante"
Hola, Cyllan, gracias por dejar tu comentario. Gracias también por tus palabras, me animas mucho. Prometo pasarme por tu blog, y seguirte. A todos nos gusta tener nuevos compañeros de viaje.
ResponderEliminarQue los dioses te guarden y te guíen.
Mi Reicaal, cada vez que dejas huella de tu paso por este lugar, me alegras el corazón. Si de veras quieres conocer los detalles del peregrinaje que se muestra apenas en este prólogo, te recomiendo que deposites tu plegaria en el Templo de Alodial, seguro que los dioses te escuchan y te conceden una historia completa. Mis musas y yo estamos trabajando en ello.
ResponderEliminarEn cuanto a tanta Felicidad, ya lo he dicho, tengo tanto, pero tanto AMOR, es tanto el que estoy recibiendo!! También por tu parte, así que alégrate por partida doble, pues tienes parte del mérito.
De nuevo quiero agradecerte el enlace a mi blog que pusiste en el tuyo; mira, Cyllan llegó a Thèramon desde El Arcángel de Luz. Una mujer con buen gusto!
Besos, mi niña linda, karendin de mi corazón.
Volvemos a intentarlo. Leído tu post. Muy feliz por todo lo que me cuentas; leo tu nuevo fragmento de Thèramon con ganas de saber mucho más. Sabes que todo lo que publicas aquí lo leo con devoción. Pero no entiendo mucho cómo funciona lo del altar de las ofrendas, ¿también es para dejar comentarios? Ya me dirás. Voy a ver si hoy sí puedo publicar el comentario. Un besazo. Jules.
ResponderEliminarJules, por fin, te echaba de menos!
ResponderEliminarClaro que el Altar es un lugar donde dejar comentarios, peticiones, sugerencias, preguntas, . Funciona igual que una entrada, pero aparece a la derecha para que sea más fácil de encontrar, para los peregrinos y para mí misma. Venga, anímate a dejar tu plegaria, los dioses de Thèramon se sentirán complacidos. Y mis musas, mucho más!
Besos, querida Yulesil
Vale, vale, ya lo pillo. Me pienso mi supermegapetición y te la pongo mañana. La verdad es que el blog te está quedando de vicio. Y toda la gente que has conocido... Para mí mi blog es mi casa y un pedacito de mí. Y ni te imaginas la de alegrías que me ha dado. Y el tuyo está dando sus frutos... Cuando seas supermegafamosa acuérdate de tus pobres fans blogueros. Estoy esperando el próximo post. TQM
ResponderEliminarCuando sea supermegafamosa voy a tener tanta pasta que voy a montar mi propia editorial, y voy a publicar las novelas de mis (omito lo de pobres) fans blogueros. Porque lo bueno se ha de compartir con el mundo entero.
ResponderEliminarBueno, por soñar...
¿Tú ya sabes que esta historia es una pasada? Pues ya te lo digo yo.
ResponderEliminarEmpiezo a creérmelo, Diego. Sólo espero no decepcionaros cuando acabe el prólogo y empiece la historia propiamente dicha.
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario.Thèramon crece cada vez que un compañero de viaje dice algo hermoso de ello.
Me encanta como escribes. Te sigo de cerca. Tus palabras merecen muchi la pena.
ResponderEliminarMerce, espera diez días, que cojo vacaciones y me voy a recorrer tu blog desde el principio, prometo dejar un comentario (por lo menos).
ResponderEliminarGracias por dejar aquí tu opinión.
Thèramon sigue creciendo.
Diego tiene razón, no en vano sus historias son también magistrales. Se nota en esta entrada un concienzudo trabajo de organización.
ResponderEliminarQuerido Marcos, lamento decepcionarte, pero en mi caso no hay organización ni trabajo, ni conciencia. Las musas hacen lo que les da la gana, yo sólo soy el instrumento a través del cuál se cuentan las historias.
ResponderEliminarPero me encanta que sea así, pues disfruto dos veces: cuando escribo (sin saber muy bien qué estoy escribiendo) y cuando leo (el resultado siempre me sorprende).
Enhorabuena por el premio. No sé por qué no me ha sorprendido. Eres mejor de lo que dices.
Prometí rescatar vuestros comentarios de mi muro. Y aquí está el de Lala:
ResponderEliminarLaura Nuño--Bea Magaña
¡Beaaaa!!! Ahora mismo estoy encabroná. Me he tirado media hora intentando dejar un comentario en tu blog, ¡y no me deja! Bueno, a falta de eso, te lo dejo aquí. Como sabes que soy burra por naturaleza, te diré que... ¡Con dos cojones! Eres buena, nena. Muy, muy buena.
Y mi respuesta:
ResponderEliminarLala, me encanta cuando me dices eso!!!!
8)
Fantasía en estado puro. Enhorabuena por tu trabajo, Bea. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo^^
Gracias, Susana. Vuelve por aquí siempre que quieras, y deja la dirección de tu blog para que los compañeros de viaje puedan conocerte. Ya te he dicho que para mí ha sido un placer.
ResponderEliminarNos seguimos
Hola :
ResponderEliminarMe llamo Roxana Quinteros soy administradora de un sitio web. Tengo que decir que me ha gustado su página y le felicito por hacer un buen trabajo. Por ello me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.
Si estas de acuerdo hazmelo saber enviando un mail a roxana.quinteros@hotmail.com
Roxana Quinteros
Me ha encantado. La Tierra de Theramon suena tan evocador...espero poder leer muchas aventuras surgidas de tu fantástica pluma. Un besazo desde la Tierra Hueca, saludos de Lot Uni Axharta
ResponderEliminarBienvenido, Pablo. Te espero a menudo por aquí, nos debes un enlace!!
ResponderEliminarDile al excavador que voy a seguir sus aventuras de cerca
Besos
ahora mismo me falta un poco de esa Felicidad que describes ¿me pasas un poco?
ResponderEliminarNo me importaría estar toda la vida para leerme tu novela si al mismo tiempo que disfruto de esa tierra tan extraña y sugerente, me siguiera viendo acompañado de tí, Bea, y de toda la gente que entra a comentar. Pero, tu dulce prima, Susana, dice algo que me apena; como tú dices, la felicidad no debería faltarle a nadie pero ¿que le falte a esa chica tan generosa? Eso ya me resulta duro de pelar. Susi, paciencia y a barajar, aunque en Thèramón no sabemos si se ha inventado el juego de las cartas.:)
ResponderEliminarPues creo que las cartas no, porque el papel es escaso, pero sí se juega a los dados, a las tabas y a un juego llamado hoyos y habas, que en nuestro mundo es conocido por muchos nombres y practicado por muchas culturas.
ResponderEliminarLuis, a Susi le pasa lo que a todos en algún momento de nuestra existencia: que, a pesar de sabernos queridos, nos sentimos solos; que, a pesar de ver nuestros éxitos, nos centramos en nuestros sueños incumplidos. Que necesitamos recibir mucho amor, y sentirnos especiales. Que es humana, aunque para muchos de nosotros sea como una diosa. Quièrela hasta donde ella te lo permita, y la harás feliz. Tú también encontrarás lo que estás buscando, los dioses nos miran a todos, y nos sonríen cuando estamos preparados. Ama y cree.
¿que alguien me ve como una diosa? ¿que me he perdido por el camino? uf gracias prima, has descrito muy bien el camino que ando recorriendo ahora
ResponderEliminarQuerida Bea, queridísima guía en este mundo de Thèramon, en este universo increíble, creadora de todo lo que en él hay... gracias. Gracias por compartir no sólo tus historias de Thèramon, sino por compartir con todos y todas tus experiencias.
ResponderEliminarSé qué clase de felicidad sientes, aunque yo sí lloré cuando logré vencer mi bloqueo. Y también la comprendo porque con cada lector que se une a mi blog, con cada lector que se sienta cerca del fuego a escuchar, o leer por mejor decir, lo que tengo que contarles, me siento completa, como cuando reposo en brazos de mi amante.
Mil besos, mil abrazos y que las mil bendiciones que cada día nos regalas, recaigan sobre ti multiplicidas.
Por cierto... ¿tú has leído la Metamorfosis, de Ovidio? Es que me recuerda tanto a ella en las descripciones del paso de las horas... los tejemanejes entre los dioses... es como leer auténtica mitología romana o griega...
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