viernes, 13 de enero de 2012

El viaje continúa

Hace poco más de ocho meses que escribí la primera entrada de este blog, sin saber si alguien llegaría a leerla, y hoy miro el contador de visitas y todavía me asombro y me emociono como los primeros días. De dragones y unicornios casi ha llegado a las diez mil visitas, amigos, una cifra que me parecía imposible de alcanzar.

Casi empiezo a sentir cómo renace la ilusión de los primeros meses de 2011, los más felices de toda mi vida, cuando el amor lo llenaba todo y el sol siempre brillaba con fuerza en mi cielo, y mis Musas estaban tan activas que decidieron darme no una, ni dos, sino tres Historias de Thèramon, y no existían ataques de tristeza.

Pero sólo casi. El camino, que al principio era incierto y que decidí seguir sin miedo, cogida de tu mano, se ha plagado de obstáculos, y el cielo, que solía regalarme con varios amaneceres cada día, se ha llenado de nubes negras, nubes de tormenta que han ido apagando mi ilusión y mi entusiasmo, dejándome asustada, perdida, rodeada de oscuridad, y de dudas, y de desasosiego. La ilusión ahogada bajo un manto de silencio, las Musas calladas, a la espera de un nuevo amanecer, perdidos el valor y la fe en mi misma, en mi capacidad para seguir creando.

El amor es la fuente de toda creación.

Pero si amo con toda la intensidad de la que es capaz mi corazón, ¿por qué no puedo seguir creando?

Avanza enero y no trae noticias, el sol no sale para mí, estos días ni siquiera en el cielo, el frío se me mete en los huesos y trata de llegar hasta mi corazón. Pero no hay tristeza, no la dejo volver. Amo, y creo, y miro más allá de lo negro, y veo un futuro resplandeciente, más adelante en el camino. He comprendido que la Magia está en mi interior, y que es de mí misma de donde debo sacarla, para que pueda empezar a actuar. Lo estoy intentando. Lo estoy haciendo. No estoy sola en este viaje, aunque todavía me sienta sola a veces. Sigo aquí, sigo en pie, avanzo lentamente, te estoy esperando, no quiero alejarme demasiado, no deseo que me pierdas el rastro; pero no me rindo, no me detengo, sigo viajando en busca de la esperanza, en busca del futuro. Del futuro de Thèramon, de mi futuro, de nuestro futuro.

Le tengo un cariño especial al personaje de Dayna, porque es como yo en muchos aspectos, pero sobre todo es lo que yo querría ser: una mujer valerosa, fuerte y decidida, una mujer que no le teme a la muerte, sino a la derrota. Que no le teme a la soledad, sino al fracaso. Una mujer que no se deja vencer por sus dudas, que no se detiene ante los obstáculos ni se arredra ante el peligro o ante lo desconocido. Aprendo de ella, la acompaño en su viaje y voy encontrando mi fuerza a su lado. Me alegro de haberla rescatado de mi vieja carpeta y de haberla traído al blog, pues es mucho lo que me ha dado y lo que me ha enseñado en los últimos meses.

El viaje continúa, el mío, el de Dayna. Con fe, con arrojo, con tesón, el de ambas. Esperándote, esperando que te reúnas conmigo, que se rompa el silencio, que el amor sea más fuerte que las dudas y más poderoso que los obstáculos. Ven, coge mi mano de nuevo, acompáñame en este viaje. Los dioses nos unieron, los dioses nos mantienen juntos, a pesar de la distancia, los dioses velan por nosotros, y escuchan nuestras plegarias. Ama y cree; ama y confía. Sabes que todos los sueños se cumplen, lucha por ellos. Yo lo estoy haciendo.

El viaje de Dayna continúa en este capítulo:


© Bea Magaña (Reservados todos los derechos)

El camino antes recorrido (IV)

"El viento soplaba desde el desierto y parecía susurrar palabras que Dayna no comprendía. No quiso cruzar el río de noche, así que siguió su curso hacia el norte, al trote, no quería correr porque podía encontrarse con alguien en cualquier momento y lugar, y no quería pasar por alto ninguna oportunidad de hallar el rastro de su hijo.
    Había dado a luz sola, a un par de semanas de aquel lugar, y había cabalgado durante un mes más con el bebé en su regazo, esperando encontrar a alguien a quien entregárselo. Al final lo había dejado solo cerca de la orilla del río, confiando su vida a los dioses, pues no se atrevió a llegar más lejos. Había visto rastros de la presencia de gentes, y rogó a sus dioses para que aquellas gentes fueran bondadosas y recogieran al bebé y lo criasen con amor. Se había arrepentido muchas veces durante su viaje de vuelta, y también durante los años siguientes, y había dado por muerto a su hijito. Algunas veces se había permitido pensar en él y creer que seguía vivo en algún lugar, y había rogado a los dioses por él. Pero no había sido hasta que escuchó las palabras de Lane que creyó realmente que su hijo había sobrevivido.
    Sabía que si regresaba a Drinveld Meara sin el bebé sería castigada. Pero si se hubiera quedado, puesto que su hijo sería varón, la Tiara lo habría sacrificado en cuanto hubiera nacido. Si el unicornio lo quería, el unicornio velaría por él. Dayna nunca fue convocada a la Casa de la Germinación. Y solamente las guerreras más veteranas sabían la verdad sobre ella.
    A este lado del río la hierba amarilleaba. Al otro lado no crecía hierba alguna. La proximidad de Sàaräni-Erye la intimidaba. No lo recordaba tan amenazador. Se le ocurrió una explicación a ese temor nuevo y tal vez no del todo infundado: el hombre oscuro había surgido del desierto, ¿qué otras criaturas malignas no vivirían allí, esperando el momento en que el Servidor del Mal las convocara? Fijó la mirada en el norte. La esperanza nacía allí, a lo lejos.
    Esa noche no se permitió hacer un alto para descansar.
   La noche siguiente, un poco más lejos de Drinveld Meara y del horror que se estaba gestando en Samura Dalnu, y un poco más cerca de su destino, se detuvo junto a unos matorrales y durmió a intervalos envuelta en su capa oscura y con la espada en la mano.
    Una semana después empezó a dormir mejor.
   Dos semanas más tarde había cruzado el río. Cabalgaba sin forzar a su montura durante el día, siguiendo el curso del Mesagua, buscando indicios de vida humana cerca de las riberas y tratando de ignorar la proximidad del desierto. Cuando dormía, soñaba con la Vara de Sheim, y en sus sueños sólo veía arena dorada y oscuridad.
   Casi había transcurrido un mes, sus provisiones escaseaban y no había animales que cazar a este lado del Mesagua. Pronto tendría que aventurarse en el río y probar a pescar algún pez. No había rastro de gentes de ningún tipo. Creía recordar que en el pasado el desierto no llegaba hasta el río. Ahora, la orilla occidental semejaba una playa desierta. Daba la impresión de que Sàaräni-Erye estuviera moviéndose, como si quisiera llegar hasta las aguas y ahogarlas. Tuvo la sensación de que aquello no era una buena señal y de que se le estaba acabando el tiempo.
    Llevaba un mes y medio de viaje y ya podía ver el pie de Boreade Saaru. En pleno verano, y con el desierto tan próximo, el calor era insoportable, y la Mazome no creía que ninguna tribu de Nomade se hallara acampada en aquella zona del mundo. Pero tal vez encontrara a alguien cerca de las orillas del Mesagua. Seguir su curso la desviaría y retrasaría su marcha, ¡era tan sinuoso! Sin embargo, se desvió, perdió de vista las Montañas Dormidas y cabalgó hacia el este, pues tenía más necesidad de encontrar gentes que de llegar rápidamente a ningún sitio con ninguna pista acerca del paradero de su hijo.
    Y tres días más tarde, las encontró."

12 comentarios:

  1. Sin lugar a dudas "el amor es la fuente de toda creación"...y tu lo transmite muy bien en este blog lleno de fantasía e ilusión.
    Sigue en esta linea pues tu trabajo es excelente, para el disfrute de los demás.
    Un cordial saludo.
    Ramón

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  2. ¡Cómo se disfruta tu prosa, Bea, siempre gestante, siempre dando a luz cada una de las piezas de tu fascinante y sólido mundo imaginario! Pero cuanto más te obsesiones con que no eres la misma que escribió el borrador, más te preocuparás. Eres la misma, tu introducción, tan bien escrita, lo demuestra. Así que no te preocupes en ese aspecto.

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  3. Hola, Ramón.
    Nada me satisface más que recibir comentarios; si además éstos son positivos, la satisfacción es doble.
    He leído el comentario que has dejado en la Blogoteca, y para demostrarte mi agradecimiento por tus palabras me he ido a tu blog y ya te sigo. Preciosas fotografías, por cierto.
    Ven a Thèramon siempre que te apetezca, la puerta está abierta para todo el mundo. Y, si quieres unirte a los compañeros de viaje, eres bienvenido.
    Un abrazo!

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  4. Luis, gracias una vez más por tus palabras y por tu aliento. Pero es cierto que no soy la misma: no, soy una Bea más fuerte ahora. Y ya no tengo miedo.
    Besos, hermanito!

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  5. Rescatando comentarios de mi muro:

    Enone Cantosereno-- Querida mía, acabo de leer la nueva entrada y, como sigo sin poder comentar en blogger, pues te dejaré aquí mi comentario. Es precioso, Bea. Eres capaz de poner por escrito sensaciones y sentimientos con una facilidad pasmosa...aun ahora sigo preguntándome qué me ha gustado más, el relato de Danya o la introducción. me encanta leerte, me animas y me recuerdas que es necesario luchar y ser fuerte. Mil gracias por este regalo, corazón.

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  6. Mi querida Enone, es a ti a quien veo cuando me miro al espejo, eres la Mazome por excelencia, y en ti me inspiro, en tu fuerza y en tu valor.
    Tú me hiciste el mejor de los regalos, mi querido espíritu afín. Tu corazón está muy bien cuidado, que eso te anime y te sirva de inspiración.
    Te quiero mucho, mi niña!!

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  7. Biennnnnnn! por fin conocemos la historia del nacimiento del hijo de Dayna. Me muero por saber si tras dejarlo a la orilla del río, encontró algunas pistas. Presiento que ese niño supondrá el fin para el nigromante. Por otro lado, también me preguntó qué pasó con aquella historía donde el nigromante había ordenado al ladrón, que robara para él un libro muy importante. Como ves no me pierdo detalle de las historías de Theramon. Contínua así, Bea, contínua escribiendo, porque tienes mucho que contar y lo sabes. Haces que tu tristeza se convierta en una prosa poética. Un besazooo!

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  8. Querida Raquel, Sheim no es el destinado a vencer al hombre oscuro (al menos, hasta ahora no lo es, quién sabe qué rumbo tomará la historia más adelante), pero sí uno de los protectores del Korceler, y su destino está relacionado con la Vara de Cedro que ha sido mencionada varias veces en los relatos que hablan de Dayna. No esperes una historia sencilla, Thèramon es un mundo complejo, tanto como la autora, hay muchos personajes y todos ellos tienen un papel importante. No puedo decirte más, no sé mucho más.
    No me olvido de Vosloora, quien inició su viaje al mismo tiempo que Dayna, y dentro de poco dejaremos a la Mazome en un lugar seguro "al otro lado del río" y volveremos con el ladrón y su misión, atenta al capítulo titulado "entre ladrones de los mares". Tampoco te digo más, ya lo leerás en su momento.
    Gracias por seguir viniendo y comentando, ya sabes que sin tu compañía no habría viaje.
    Espero poder volver a compartir mi felicidad y mi entusiasmo muy pronto, pero me anima saber que, incluso cuando no estoy en mi mejor momento (personal) mi prosa sigue llegando al corazón de algunas personas.
    Muchos besos, Karendin de mi corazón!!

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  9. ¡Bea! Me encanta que amas y creas, que sigas la estala de tus sueños y, sobre todo, que nos permitas leer estos fragmentos de Thèramon que tanto me emocionan. ¡Piensa que hay momentos que me quedo sin aliento! Así que arriba esos ánimos, vive con ilusión, escribe con la misma intensidad que hasta ahora y sigue luchando, ¡a ver si te conviertes en la Dyna de tu vida! ¡Piensa que tú vales mucho!
    ¡Un beso guapa! ¡Y una sonrisa! ¡Y un abrazo!

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  10. Hola, guapa; bueno, como siempre un relato impresionante, tierno, emocionante, que consigue estremecerme, ¡y cuándo no!, el de Dayna y su hijo recién nacido. Cada vez que leo algo tuyo me quito el sombrero, me asombro y me maravillo y me siento enana (como escritora) (aunque tú digas lo contrario) Admiro esa capacidad innata e inagotable que tienes de crear. Dices que estás en mala racha, pues las Musas no tienen la misma opinión, o quizás ahora te miman más que antes y te susurran al oído con más entusiasmo que al principio. Sea como sea, de nuevo enamoras al lector con tu prosa... y quiero más, este fin de semana o el que viene, o cuando puedas y quieras, pero ya sabes que el trabajo bien hecho crea adicción en las personas exigentes. Ahí lo dejo. Besitos.

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  11. Pat, Jules, gracias por seguir ahí, apoyándome y dejándome vuestro cariño. No me rindo, chicas. Voy a seguir haciendo el viaje. No sólo hay obstáculos a lo largo del camino. Besos a las dos!!

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  12. que bonito, me ha gustado mucho.
    quizás de lo que he leído hasta ahora, el que más. Es precioso

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Viajeros de tierras lejanas, amigos de siempre, vuestra visita nos alegra y vuestra opinión nos ayuda, recordad que cada vez que dejáis huella de vuestro paso, Thèramon crece.

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