No sé si sigues ahí. No
sé si sigues viniendo de visita, si esperas llegar un día y ver que
hay una nueva entrada, si estás pendiente de la página de facebook
para ver si he actualizado el blog. No sé si te siguen interesando
mis historias. No sé si estás enfadado o te sientes decepcionado
porque he estado demasiado tiempo en silencio, librando mi batalla
contra la Oscuridad y buscando el camino de vuelta a Thèramon. No sé
si estoy escribiendo para nadie. Pero vuelvo a escribir.
Vuelvo a escribir.
Después de un alto en el camino, después de una batalla terrible,
larga y dolorosa, después de muchas dudas, muchas lágrimas, muchos
pensamientos negativos, después de haber estado a punto de rendirme
mil veces y haberme recordado dos mil veces que no está en mi
naturaleza rendirme, y haberme levantado, caído, arrastrado y vuelto
a levantarme, de haber perdido la fe en mí misma, en mi talento, en
mi capacidad para escribir buenas historias que interesen y
emocionen, y haber recuperado esa fe y la seguridad en mí misma,
después de tanto silencio, de búsqueda interior, de haber perdido
una parte de mi corazón, después del vacío, estoy de vuelta.
Llevo días recordando el
comienzo de El Libro de los Dioses, y en esos primeros párrafos he
encontrado la respuesta que buscaba, y el camino que había perdido.
La respuesta no estaba fuera, sino en mí misma, ¡yo misma la había
escrito hace tiempo!
Skadûr es muy hábil,
sabe confundir bien las mentes de los que dudan. Y yo he sido como el
pobre Vosloora durante mucho tiempo. Confundida, extraviada,
temerosa. Alejada de la Luz y perdida en las profundidades de
Miraphora, la Ventana del Tiempo, buscando lo que vi una vez y no
acaba de hacerse realidad. Olvidada de mí misma, de mis sueños, de
mi certeza, de mi fe.
Afortunadamente, el Poder
del Blanco es más grande, más fuerte, y ese poder vive en mí
desde el momento en el que lo abracé y decidí dejarme guiar por él.
Ama y cree, ése es mi lema. Y no he dejado de amar, aunque a veces
haya perdido la fe. Pero nunca del todo, benditos sean los dioses,
nunca la he perdido del todo.
Tengo preparada la
continuación del capítulo que te dejé hace meses, sobre dos
hermanos que están a punto de emprender una gran aventura. Pero hoy
no te dejo ese capítulo, porque no sé si estás ahí, no sé si vas
a leerlo, si deseas leerlo. Hoy quiero dejar el comienzo del Origen
de Thèramon, los párrafos que me han devuelto al camino que había
perdido. Como recordatorio para mí misma. Por si algún día vuelvo
a dudar.
“En el principio era el
Vacío, y en la inmensidad de la nada infinita existía una
Conciencia que soñaba sueños de creación. En su vientre se gestaba
una miríada de mundos, y en su mente buscaba un nombre con el que
describir a cada uno de ellos. Porque nada puede existir sin un
nombre que lo identifique y lo distinga del Vacío. Ella lo sabía
bien; no había sido consciente de su propia existencia hasta que su
propio nombre fue creado, y el Vacío lo conoció y la reconoció
como una entidad independiente de él. Aunque nadie había
pronunciado nunca su nombre, porque no había nadie que pudiera
hacerlo. Y su soledad y la necesidad de escuchar el sonido de su
propio nombre la llevaban a desear que existiera algo más.
Pero estaba sola, y no
sabía cómo llevar a cabo sus sueños. Estaba sola, y no podía
pedirle ayuda a nadie. Su deseo era grande, también su
desconocimiento. El Vacío estaba ahí, esperando a ser llenado, pero
no ayudaba ni daba consejos. Imaginaba la existencia de otros como
ella, los buscó en el Vacío, no los encontró. Tardó en comprender
que, si existían, no podía llamarlos, porque no conocía sus
nombres. Trató de imaginárselos, acabó por inventárselos, no se
atrevió a pronunciarlos en voz alta. Se animó a susurrar el suyo, a
modo de presentación, esperó una respuesta, el Vacío guardó
silencio. Se convenció de que estaba sola, lloró, pronunció su
propio nombre en voz alta, se lo repitió muchas veces, para
convencerse de que era real.
Cuando aceptó que lo
era, y que nadie sino ella podría hacer realidad sus sueños,
descubrió su propio poder. Comprendió el significado de su nombre.
Y dio a luz a su creación.
Entonces, los mundos que
se habían estado gestando en su vientre llenaron el Vacío, y eran
tan reales como ella misma, y estaban vivos. Y ella volvió a
pronunciar su nombre en voz alta, para que todos los mundos pudieran
reconocerla. Tiere, la que dio a luz al universo, así se presentó
ante ellos. Y todos los mundos repitieron su nombre, extasiados, y la
llamaron diosa, y la llamaron madre. Y la amaron. Y el amor que Tiere
sentía por todos ellos, sus hijos, la impulsó a seguir creando.
Pues eran muchos los sueños que deseaba hacer realidad.”
Tenía miedo de no poder
volver a escribir. ¿Qué puedo ofrecerle al mundo, si lo único que
siento es un inmenso vacío? Pero estos párrafos me han recordado
dos cosas: que todos los comienzos son difíciles, y que la diosa creadora de mundos estaba sola hasta que se atrevió a usar su poder. Al principio
era el Vacío. Siempre es así al principio. Pero llega un momento en
el que el vacío se transforma en otra cosa. Con voluntad, con
determinación, con fe. El poder de la diosa está en mí, y nadie más que yo puede usarlo para hacer realidad lo que llevo tantos años soñando. Thèramon quiere crecer, bien, pues seré su diosa, lo haré crecer.
“De este modo el Vacío
dejó de ser Berindei, la Nada Infinita, y desde ese momento fue
llamado Viorel, que en la lengua de los heryshi significa Lleno de
Vida”.
Ama y cree.
Ama y crea.
Vuelvo a escribir. Porque
escribir es lo que me mantiene viva, a pesar de los largos meses de
bloqueo, escribir es lo que más necesito, tanto como el aire para
respirar y el amor para recargar mi energía, la espiritual y la
creadora.
Una vez te tendí la
mano, y la cogiste, y juntos echamos a andar, juntos nos embarcamos
en este viaje. Hoy vuelvo a tenderte mi mano, esperando que la cojas
y sigas acompañándome. Aunque hoy ya sé que continuaré el viaje a
pesar de tener que seguir yo sola. Porque quiero llegar al final del
camino, quiero estar ahí cuando llegue el momento y mis sueños se
cumplan. Pero también quiero disfrutar del viaje. Sé que no todo
van a ser obstáculos y decepciones. Sé que volverá la ilusión,
también la risa, y la felicidad. De momento, ha vuelto la esperanza.
Con el tiempo, todo llegará.
Amo y creo. Y voy a
seguir creyendo. Y voy a seguir creando.
Recuerda: ka es una rueda
que gira. Tarde o temprano, lo que se fue regresa. Y lo que el Cosmos
unió nadie puede romperlo.
¿Coges mi mano? ¿Me
acompañas?
Claro que si!!!!! A continuar
ResponderEliminarCariño, tú eres una mujer fuerte y poco a poco conseguirás vencer todos los obstáculos del camino... ¡Ama y cree! ¡Lucha! Las Musas son caprichosas, muchas veces andan esquivas, pero al final siempre vuelven. ¡Así que arriba ese ánimo, fuera lágrimas, adiós mala pata!!! MUAK ¡Tú puedes!!!
ResponderEliminarSabes que siempre tendras mi mano, que siempre tendras esa brujita entre las patas.
ResponderEliminarAma y Cree, mi Bella Dragona.
Cuenta con ello.TQ
ResponderEliminarSARA