jueves, 19 de mayo de 2011

Otro pedacito de Thèramon

Queridos compañeros de viaje:
no tengo palabras para expresar lo agradecida que me siento por vuestras muestras de cariño y por vuestro apoyo. Miento; sí tengo palabras, muchas, pero ni todas juntas serían suficientes para deciros lo maravillosos que sois. Thèramon crece y cobra vida a buen ritmo gracias a vosotros, mis musas están más activas que nunca, y me siento tan feliz que ya no hay días grises ni problemas demasiado importantes.
Hoy os regalo otro pedacito de esta historia. Es mi forma de decir gracias.


  
                       © Bea Magaña
                        (Reservados todos los derechos)

                       "El hombre se detuvo un instante y alzó la cabeza hacia los cielos. En el este aún oscurecido brillaba Blava Brelian, el lucero de la mañana, guía de peregrinos y de viajeros. Al oeste, el Primer Sol había iniciado su andadura. El pequeño y madrugador Plio iluminaba la tierra áspera y rojiza pero no la calentaba. El bebé tenía frío. Lo envolvió con una esquina de su capa y lo apretó contra su pecho. No había mucho más que pudiera hacer por él.
          Procedente del noroeste, Cauro le traía el olor de las cenizas y el azufre, un aroma cálido que le acariciaba el rostro y le hacía sentir añoranza del hogar a pesar de que nunca había estado en el interior de Boreade Efenik ni había visto jamás las grutas en las que antaño moraran sus antepasados, si era cierto lo que contaban las leyendas. Nadie se acercaba a los Picos de Fuego desde la última guerra, la más sangrienta de las muchas que tuvieron lugar durante la era de Evraim, si podía evitarlo. Para los hombres, la Devastación era un terreno maldito poblado por fantasmas vengativos que aguardaban el momento de su revancha. Para los descendientes de Skalio Neerade, era un lugar plagado de ecos terribles que sus corazones no podían resistir escuchar. Ni todas las lágrimas de los pocos Baskonios que quedaban en el mundo podían obrar el milagro de devolverle la fertilidad a aquella llanura árida que un día fuera lugar de creación y de esperanza. El hombre ignoró la rabia. Ignoró la pena. No pudo ignorar los ecos, no obstante, los percibía con la sangre más que con los oídos. La tierra no clamaba venganza, sino justicia. Nada crecía en Nunak Dev, porque la tierra no olvidaba, aun cuando los dizseiim lo hicieran.
          El bebé lloraba, suponía él que a causa del hambre, y esto le producía un gran pesar, pues no tenía modo de satisfacer sus necesidades. Se preguntaba si lograría sobrevivir sin su madre. Esperaba que la sangre de su padre le proporcionara la resistencia necesaria para aguantar el viaje a través de la Devastación. Confiaba en encontrar ayuda en Boreade Efenik, o al menos inspiración. No había nada que pudiera hacer por ella, aparte de tratar de mantener su diminuto cuerpo caliente y caminar lo más deprisa que le permitieran sus pies cansados. Apenas había dormido los últimos días, no se había atrevido a cerrar los ojos por temor a despertar y descubrir que la había perdido antes de haber alcanzado su destino.
          No sabía con qué se iba a encontrar cuando llegara. Desde luego no esperaba hallar al propio Ulcus sentado en su trono de fuego en la que decían que era su morada terrenal. Muchos creían que los dioses habían abandonado Thèramon siglos atrás. ¿Bastaría la fe de un solo hombre para provocar su regreso? ¿Se dignaría el Forjador a escuchar su plegaria?
          Tenía que intentarlo. Esa criatura debía vivir.
          La apretó contra su pecho. Era tan diminuta, tan vulnerable, tan insignificante. Y sin embargo valiosa, tan valiosa, única en su especie, un milagro que nunca debería haberse producido. Había jurado protegerla, sobre el cuerpo moribundo de una hermosa desconocida y con la sangre de ésta brillando en la hoja de su espada y manchando sus manos, había pronunciado un juramento sagrado, y no lo quebrantaría. Por su honor, por su condición, por el amor que sentía hacia su rey y amigo, por el recuerdo de la familia a la que había tenido que abandonar a pesar del dolor que sintió en el corazón al pensar que quizás no volvería a ver jamás el rostro de su hijo. Porque amaba a esa criatura que no tenía a nadie más en el mundo que pudiera ocuparse de ella.
          Supo que la amaba la primera vez que ella abrió los ojos y le miró. Había luz en esos ojos que no habían llegado a ver el rostro de su padre y que apenas habían tenido una visión borrosa de su madre, la misma luz que él había visto en la mujer que le suplicaba de rodillas, la que se atrevió a despojarse de su Apariencia delante de él, confiando que con ese gesto él la escucharía y le concedería su deseo. La luz del amado de los dioses, la luz más hermosa que alguien podía contemplar. Más hermosa que la luz de Ungetsu, a la que amaba por encima de todas las cosas, porque así se lo exigía su naturaleza. La luz de esos ojos le había conquistado. Le había llegado al corazón.
          Tenía que intentarlo. Tenía que conseguirlo.
          Miró a su alrededor y se estremeció. La soledad de Nunak Dev le hizo sentir deseos de desprenderse de su Apariencia y echar a volar. No había nadie que pudiera verle. No corría peligro en aquel lugar deshabitado. Estaba agotado, las fuerzas empezaban a fallarle. Podía avanzar tan deprisa bajo su verdadera forma... Pero ella era tan pequeña, tan frágil, cómo llevarla consigo y arriesgarse a lastimarla. No estaba exhausto, podía caminar un día más.
          Suspiró. La noche se había retirado por completo, y Plio le alumbraba el camino. Los Picos de Fuego, se repitió, y asintió una vez. Ya no estaba lejos."


Gracias a mi Tifinag, mi guía del desierto, que con sus palabras siempre consigue arrancarme una sonrisa y recargar mi energía.
 Nada se consigue sin amor, y yo tengo tanto amor en estos momentos que no dudo ni por un instante de que esta Historia de Thèramon llegará a ver la luz y tocará muchos corazones. De momento puedo compartirla con vosotros, si seguís interesados en leerla. Y si por un momento os hemos hecho soñar, ya hemos conseguido nuestro objetivo.
Océanos de amor

14 comentarios:

  1. ¿Es una pájaro que se transforma? ¿Qué especie de bicho has creado??? jajajaj!!! me encanta Bea!!!

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  2. Éste es mucho mejor que el anterior; y el otro ya era bueno. Tiene un regusto a épica y pasados olvidados que voy a tener que achuchar a Bea para que me pase el resto.
    Me encanta este tipo de relatos y, sobre todo, cuando hay tanto talento narrativo lo saboreas con mucho más placer.
    Ánimo, Bea, no te pares y continua escribiendo. Todos deseamos soñar con Thèramon y con la autora de esa maravillosa creación.
    Un besazo.

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  3. No hay nada que odie más que quedarme sin palabras. No hay nada más desastroso para cualquier escritor que no hallar los adjetivos adecuados para cualquier descripción. Pero ¡ante lo que he leído... me quedo muda! Pequeña, muy pequeña. Porque lo leído es algo muy, muy, muy grande. Quiero declararos que yo siempre he creído en el talento de esta mujer; hace 10 años ya tuve el privilegio de leer algunos de sus manuscritos, aunque no tenían nada que ver con Thèramon, eran historias mucho más reales. Y creo que ése era el verdadero fallo. Porque nuestra Bea es una autora Fantástica. En todos los sentidos de la palabra. Y cuando encuentra una historia fantástica hecha a su medida, ocurre lo que habéis leído en los últimos días. Un milagro, una espectáculo para los 5 sentidos, una delicia. Un tesoro. Así que aunque ya lo sabe y en realidad no necesita que se lo andemos repitiendo todo el rato, ¡¡¡queremos más, más, más, mucho, mucho, mucho más!!!

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  4. Me declaro totalmente identificada con el comentario de Julia. No si ya me visualizo en el cine comiendo palomitas y viendo Theramon XD. De verdad que si fuese productor te compraria los derechos para hacer una peli estilo "el señor de los anillos" porque el mundo que recreas aquí es absolutamente tan inedito como el de tolkin. Felicidades Beaa!!!

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  5. Estoy de acuerdo con Julia: aquí hay talento. Pero no un talento normal, sino del que hace grande a un escritor.
    Hija ¿dónde estabas metida?
    Te juro que leyéndote se viaje a un mundo de ensueño.
    Felicidades, una vez más.

    Y muchos besos.

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  6. ¿Que dónde estaba metida esta mujer? Que te lo cuente ella... Lo que hacen las malas compañías, ¡por Dios! No, no me mires con esa carita, cielo, que tú y yo sabemos muy bien de qué/ién hablamos. Que los blogs existen desde hace muuuuuucho tiempo... No digo más... Que es muy heavy que haya tenido que venir yo a estas alturas del 3º milenio a animarte a escribir, a compartir tus escritos y darte a conocer, ¡¡¡glups!!! Pero ¿sabes? Nunca es tarde si la dicha es buena. Y además, con todo el egoísmo del mundo, me alegro mucho de haber sido la que haya descubierto "la gallina de los huevos de oro", jajaja... Lástima que mi cuenta corriente no me permita (aún) apostar en serio por los verdaderos talentos. Tú sigue y sigue... Y no pares; si tenemos que cambiarte las pilas Duracel, ya te las cambiamos cuando toque, pero sobre todo, no nos falles. Ahora que te hemos encontrado, ¡Dios nos libre de perderte!

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  7. Es impresionante. Las ganas que se sienten de seguir la historia son indomables... sigue asi... eres la prueba viviente que con amor se pueden crear mundos insospechados, que sirven de refugio a las almas de muchos de los habitantes de lo que llamamos realidad... un abrazo...

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  8. Estupendo Bea. Sea dónde fuera que diga Julia que estuviste metida, me alegro de encontrar un talento como el tuyo.

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  9. Me ha gustado mucho, ¿son dragones? ¿dragones con apariencia humana? suena original, jeje, aunque igual me equivoco.
    Voy leyendo despacito porque tengo poquito tiempo, pero la historia es muy interesante. Felicidades!

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  10. Dragones con Apariencia humana, Luna, no te equivocas, pues de eso trata Thèramon: de dragones y de unicornios. Gracias por la visita y por el comentario, espero que sigas disfrutando del recorrido, yo lo estoy haciendo!

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  11. He votado la máxima nota, Bea, pero tengo un problema con la historia: sólo he reconocido uno de los nombres, el del sol. La referencia de los otros nombres propios la tengo tan embrollada en la mente que no sé cuando saldré a flote jajaja. Pero no te preocupes porque siempre que me sucede eso consigo aclararme unas páginas más adelante. :)

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  12. Jajaja! Luis, creo que a todos los compañeros de viaje les pasa lo mismo, y más de una vez me han pedido un glosario con los nombres de los protagonistas, de los dioses y de los lugares. Y me iba a poner con ello, pero las Musas decidieron contarnos los orígenes de Thèramon, así que de momento sólo puedo decirte que seas paciente, y que a medida que vayas leyendo te irás familiarizando con esos nombres que ahora te resultan tan difíciles de ubicar.
    Gracias por tu comentario, me animas a seguir escribiendo.

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  13. Leo tus entradas y me quedo totalmente fascinada. Luego, cuando tengo que seguir subiendo los capítulos de mi libro, me avergüenzo de ellos. No son nada comparados con lo que estoy leyendo aquí :,(.
    Escribir es mi pasión, pero reconozco mi mediocridad.
    Llegarás lejos, Bea y Thèramon será conocido a lo largo y ancho del mundo. Acaban de susurrármelo al oído los dioses.

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    Respuestas
    1. Leo mis propios textos, me emociono. Leo los comentarios de los compañeros, casi todos ellos escritores, y me emociono. Pienso en todas las dudas que me han tenido apartada de Thèramon a lo largo de tantos meses, ¡y siento ganas de llorar, y de abofetearme! No te imaginas lo que estás haciendo, Myosotis, al llevarme de la mano por mi propio mundo, al hacerme recorrer de nuevo el camino, pues no vengo sólo a responder a tus comentarios, leo y comprendo, y despierto, renazco. Uf!! Mil veces diría gracias y no serían suficientes!!!

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Viajeros de tierras lejanas, amigos de siempre, vuestra visita nos alegra y vuestra opinión nos ayuda, recordad que cada vez que dejáis huella de vuestro paso, Thèramon crece.

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